Jueves, ocho y treinta de la noche y Luciana y Ana Lucía entraban al departamento de Pilar; una vieja amiga de Luciana y Marisol que conocieron en la universidad. Pilar había ofrecido su departamento para hacer la despedida de soltera de Marisol. Habían alrededor de unas quince mujeres ahí, sólo estaban las más allegadas a la novia. Con música en volumen cien, bocadillos con forma de pene, fotos de vaginas en los globos y bebidas con alcohol; esas mujeres se sentían súper bien.
Luciana no estaba tomando mucho porque era la conductora asignada, claro, que eso no le quitaba lo animada que estaba.
Cantaban, saltaban, bailaban y contaban sus anécdotas con los hombres. Le daban consejos a Marisol para su nueva vida de casada, lo cual era un poco incoherente porque ninguna de ellas lo era, pero eso no importaba, lo importante era recordarle a Marisol lo hermosa que era y lo mucho que valía. Le dieron miles de consejos producto de sus mentes dominadas por el alcohol, desde cómo hacer el aseo hasta como tener sexo en la noche de bodas.
Decidieron jugar "Yo nunca, nunca" Que consistía en decir las cosas que supuestamente nunca hicieron y si era mentira, se tomaban una copita de alcohol. En el caso de ellas, una copita de whisky.
- Yo nunca nunca he hecho un trío. - Marisol fue la primera en hablar y seguido se fundió la garganta con el trago.
- Yo nunca nunca intentaría la zoofilia. - Comentó Sofía y ninguna tomó alcohol.
- Yo nunca nunca he besado a una chica. - Comentó Esther y muchas bebieron.
Y así pasaron muchos "Yo nunca nunca" mientras reían y tomaban de lo más contentas hasta que llegó el turno donde Majo.
- Yo nunca nunca estaría con un hombre casado. - Comentó. Y ninguna tomó.
Luciana sintió morir en ese momento, de hecho pensó que vomitaría, así que un intento de expulsar todo el contenido de su estómago se disculpó y corrió al baño. Al llegar no vomitó pero sus lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
- ¿Qué te pasa, bonita? - Preguntó Marisol, la cual entendió lo que le pasaba y se fue tras de ella.
- No es nada. - Sollozó Luciana.
- Uno no llora por nada. - Se cruzó de brazos.
- Es que...¿Viste? Ninguna de ellas estaría con un casado, yo soy la única puta que lo hace.
Marisol se sintió muy mal al verla tan roja llorando, no sabía que decirle para animarla. - Es que Luci, Majo hizo el comentario sin querer, y las demás la apoyaron, pero eso no quiere decir que no lo harían, además ¿Quién nos dice que no han estado con algún casado y les da vergüenza admitirlo?
- Soy una puta. - Luciana no escuchó casi nada de lo que su amiga le dijo, ella sólo podía pensar en que tal vez su hermana tenía razón y Matías sólo jugaba con ella... Pero su corazón le decía que él la quería.
- No. No lo eres. Eres una mujer enamorada, y eso no tiene nada de malo.
- Mari, no me puedes decir eso, no tú. Te casas el sábado ¿Que pensarías si Adrián tuviera una amante? - Marisol arrugó el ceño. - ¡Lo ves!
- Es diferente. Yo conozco tú historia con él, sé que él te quiere, no sé por qué no ha dejado a su esposa, pero créeme que se le nota que te quiere. Si esto es lo que tú y él desean, vívanlo sin importar nada, amiga. Y pues sí Adrián me fuese infiel, por algo sería, y sí supiera que lo es... Lo castro ¡Sí! Lo castro.
Ambas rieron. - Ay Mari, se nota que eres mi amiga. - Musitó Luciana secando sus lágrimas.
- Ven, vamos a seguir disfrutando de mi despedida de soltera.
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Amantes Legendarios.
RomanceSi tan solo Matías no se hubiese casado, o si Luciana hubiese llegado antes a la vida de Matías, todo hubiese sido diferente, pero como las cosas se dieron de otra manera, viven un amor a escondidas; son amantes.