- ¿Y por qué no le contaste?
- ¿Tu si me estas escuchando, Mari? Te estoy diciendo que me dijo que no quería hijos por ahora. - Levantó las manos exasperada.
- Eso no tiene nada que ver, Luciana.
- ¿No tiene nada que ver? - Levantó un poco la voz. - ¿Que querías? ¿Qué le dijera que estaba esperando un hijo para que luego él me dijera que no quería ese hijo y se fuera? Discúlpame Mari, pero no.
- No puedes decir eso cuando ni siquiera le dijiste que estabas embarazada. Quizás hubiera reaccionado diferente.
- Yo también pensé eso. - Habló cabizbaja. - Pensé que me apoyaría y me diría que todo estaba bien.
- ¡Que ni siquiera le dijiste nada, mujer! - Chilló irritada.
- No quiero que mi bebé sufra desprecios.
- ¿Entonces no piensas contarle? - Marisol no entendía la posición de su amiga, está bien, Matías le había dicho que no quería hijos, pero ella ni siquiera le había dicho que estaba embarazada, su reacción habría sido diferente. Ella estaba convencida de eso
- Si te soy sincera... No.
- ¿Y qué piensas hacer? Digo, porque la barriga te va a crecer ¿Y qué piensas decir? ¿Que ahora eres un globo?
Luciana sonrió. - No sería mala idea. Pero lo pensé muy bien y... Quiero irme.
Marisol abrió los ojos como plato. - ¿Irte? ¿Adónde?
- Voy a hablar con Ana para ella hable con mamá, y le diga que estoy embarazada. Quiero quedarme en su casa y luego, no sé, supongo que tendré que buscar un apartamento.
- ¿Pero y el trabajo, Luciana?
- Obviamente tendré que dejarlo y pues como embarazada no me contratan en ninguna parte, creo que estaré sin trabajar unos meses.
- ¿Y yo? - Preguntó Marisol con ganas de llorar, su amiga no se podía ir.
- No me mires así que lloro. - Musitó Luciana con la voz quebrada. - Entiéndelo, Mari, no me puedo quedar.
- Si puedes Luciana. Solo dile a Matías que estás embarazada.
- No lo pienso hacer, Mari. Y la decisión esta tomada, espero que me apoyes.
Lágrimas rodaron por las mejillas de Marisol. - Sabes que te apoyo en todo. - Abrazó a su amiga.
A Luciana le había costado mucho tomar esa decisión. La noche anterior cuando Matías se fue de su apartamento, no hizo otra cosa que llorar, ella pensó que no iba a ser fácil para Matías tener un hijo de su amante, pero nunca pensó que el no quisiera tener hijos, porque en realidad eso fue lo que más le dolió. En medio del llanto y gracias a que no pegó el ojo en toda la noche, se le ocurrió la grandiosa idea de irse a casa de su madre, sabia que su madre preguntaría mucho, pero ella prefería lidiar con esas preguntas a tener que decirle a Matías que estaba esperando un hijo suyo.
Y es que simplemente no podía decir nada, ella era la amante de él, él tenía una esposa la cual por cierto quería tener un hijo, hijo que el no le quería dar. ¿Con que cara iría él a decirle que tenía una amante y que además estaba embarazada? No, eso no estaba bien. Además ella sabía a todo lo que se atenía cuando se me metió con Matías, y aunque un bebé no estaba en sus planes, tenía que asumir las consecuencias.
Estaba consciente que ella no tenía la responsabilidad del todo, ya que fue él quien la dejó embarazada, y era ser su responsabilidad hacerse cargo, pero ella prefirió que no fuera así, prefirió no decir nada.
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Amantes Legendarios.
RomanceSi tan solo Matías no se hubiese casado, o si Luciana hubiese llegado antes a la vida de Matías, todo hubiese sido diferente, pero como las cosas se dieron de otra manera, viven un amor a escondidas; son amantes.