- ¿Es enserio, Sebastián? - Preguntó Luciana. - No puedes montarme una escenita de celos solo porque Matías estaba aquí, es el papá de mi hija y me exigió verla.
- Es que es eso precisamente lo que me molesta. - Luciana arrugó el ceño. - Si, porque se suponía que él no sabía de la existencia de Salomé...
- Y así era. - Lo interrumpió. - Él se enteró que regresé, me buscó y luego de hablar no pude seguir ocultándole que teníamos una hija.
- ¿Y por qué no me dijiste nada?
- No lo sé, Sebastián. Se me olvidó, o que se yo. Tengo muchas cosas en la cabeza y se me pasó contarte eso.
Sebastián suspiró, el hecho de que Luciana no le hubiera contado que había visto al padre de su hija, le había molestado un poco. Y no porque él viera a su hija, igual él tenía todo el derecho de hacerlo, sino porque ella ni siquiera se lo platicó, ellos se tenían mucha confianza. No entendía por qué no le había dicho nada.
- Luciana, es mejor dejar esto así. No quiero hablar de ese tipo ni de nada que no seamos tu y yo.
Ella sonrió y caminó hasta él para abrazarlo. - No te molestes conmigo. - Le dio un beso. A ella en realidad si se le había olvidado contarle que se había visto con Matías.
- Te quiero, lo sabes. - Le dijo él y luego la besó. - Te extrañé mucho. - Musitó al separarse.
- Yo te extrañé mucho mas, no te imaginas cuanto. - Sonrió. - Pero cuéntame ¿Que tal todo por tu país?
- Bien. Me encantó volver, ya me hacía falta ese sentimiento a hogar.
- Que bueno. - Le acarició la mejilla.
- Y mi madre ya quiere conocerte.
- ¿Le hablaste sobre mi? - Se sorprendió.
- Claro. A ella y a mi familia en general, claro, que por mis fotos en redes sociales ya te conocían.
- Que pena, yo soy cero fotogénica.
Sebastián rió. - La cámara te adora. - La agarró por la cintura y la besó. - ¿Estás segura que Salomé se durmió? - Preguntó entre besos.
- Ajá. - Afirmó ella para luego empezar a quitarle el suéter. - La dejé completamente dormida.
- ¿Donde está el cuarto?
- Hacia allá. - Luciana le indicó el pasillo y el la cargó para llevarla ahí y luego hacerla suya.
A las seis de la mañana del día siguiente Luciana despertó y luego de darse un baño y cambiarse fue a despertar a Sebastián.
- Sebas. - Lo llamó. - Ya es hora de despertar.
- No. Quiero dormir un poco más. - Musitó con voz ronca.
- ¡No seas perezoso! Tienes que ir a cambiarte porque quiero que salgamos hoy los tres. Vamos a pasear.
- Mmh. - Se quejó. - Yo no quiero pasear.
- Pues entonces te vas quedar solo. - Luciana se levantó de la cama para seguir arreglándose. - El día está muy lindo, domingo, poco frió, algo de sol, poco tráfico y muchas ganas para salir.
- Bueno, pero ven a darme un beso. - Ella sonrió y se le acercó para darle un pico.
- Voy a despertar a Salomé, espero regresar y encontrarte listo. - Se retiro de su habitación y fue a la de su hija. - Buenos días, princesa. - Saludó entrando. - ¿Cómo estás?
- Bien, mami.
- ¿Y jugando desde temprano, no? - La miró con los ojos entrecerrados y la pequeña sonrió.
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Amantes Legendarios.
RomanceSi tan solo Matías no se hubiese casado, o si Luciana hubiese llegado antes a la vida de Matías, todo hubiese sido diferente, pero como las cosas se dieron de otra manera, viven un amor a escondidas; son amantes.