Prólogo

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Pov Anastasia

Sé que espere mucho tiempo para tomar esta decisión, pero ya esta farsa se termino. Por Josephine, por mis bebés, por mi, necesito mi libertad. Esa que me negué por tanto tiempo y que hoy recupero aunque de paso pierda todo lo que me ha costado tanto esfuerzo construir.

Esta mañana me reuni con Hanna, mi abogada de confianza y amiga desde hace muchos años,  redactamos el documento del divorcio sin pedir ningún tipo de pensión o separación de vienes, sólo quiero ser libre.

Ahora, voy de camino a casa para entregárselos a Clark y hacer que de una vez por todas, los firme. Debo Aprovechar que Josephine  esta con Ava, ya no quiero que escuches mas gritos y discusiones entre su padre y yo, necesito separarme de Clark no voy a permitir que mis hijos estén cerca de ese hombre, me hubiera gustado que ellos crecieran al lado de su padre, pero él piensa que no son sus hijos y eso me duele, pudo mas la intriga de Clark y Leyla que lo que una vez pudo sentir por mi, después de ese día donde lograron confundirlo y ponerlo en mi contra. Christian, no quizo escucharme y me acuso de ser una puta igual que su mujer, hace un mes que no se nada de él, no ha vuelto por la editorial, siquiera a llamado. Ross, es la ue esta pendiente de todo y hasta su trato conmigo cambio.

Aunque me duela aceptarlo, sé que es lo mejor para todos, yo por mi parte me voy a ir a vivir a otra casa con Josephine y cuando lleguen los gemelos seremos una familia solo nosotros cuatro.

Llego a la casa y veo el auto de Clark en el garaje, recojo mi bolso y la carpeta, bajo del auto y entro a la casa. Mi nana sale a recibirnos.

—Hola nana. —la saludo y le doy un beso en sus mejillas. —¿Y Clark?

—Esta en su habitación. — asiento y cuando voy subiendo las escaleras, me detiene. —Ten cuidado, ha estado tomando desde temprano. —aunque eso no es raro en él, pero tomando tan temprano, me dirijo a su habitación y toco la puerta dos veces.

—Pase. —gruñe, abro la puerta y veo la habitación hecha un desastre, él esta sentado en la cama mirando por la ventana. — ¿Que quieres Anastasia?. —pregunta, sin ni siquiera mirarme.

—Te traje los papeles del divorcio. —digo con voz segura, se da la vuelta y sus ojos están llenos de ira, se para de la cama y camina hacia mi de manera amenazante. —Por favor, Clark. No hagas esto mas difícil.

—¿Que estas diciendo? —pregunta enojado.

—Lo que escuchaste, quiero el divorcio. —digo con seguridad.

—Pues no te lo voy a dar. —sisea entre dientes. —Tu no me vas a dejar por ese hijo de puta de Grey. —grita.

—¡Por Dios Clark! —exclamó exaspereda y dolida, con solo escuchar su nombre. —Christian no me quiere ver ni en pintura. Quiero que mis hijos estén lejos de ti, de él. Que se crien en un hogar tranquilo, donde haya paz y amor.

—Pero lo amas. —refuta, no lo afirmo pero tampoco lo niego, es cierto que lo amo, pero cuando mas lo necesitaba, el solo me dio la espalda. —Vas a tener dos bastardos de el. ¿Ahora di que no lo amas?

—Si lo amo. —grito y siento su mano estamparse en mi mejilla, siento como arde y un sabor metálico invade mi boca, pongo la mano en mi mejilla golpeda, duele peeo nada se compara a tantos años de engaños, maltratos e indiferencia. —Mis hijos no son bastardos, son frutos de el amor, de la pasion de la entrega. Algo que hace mucho tiempo tu no me dabas. Ese mismo amor que tu y Leyla se encargaron de destruir. —digo entre sollozos.

—Eres una zorra. —grita, me pega en la otra mejilla y caigo al suelo, me agarra por los hombros y me hace mirarlo. —Primero te mato antes que me dejes, tu eres mi mujer. —su mirada me da miedo y sin darme tiempo a reaccionar, me golpea, solo que esta vez es con el puño cerrado, siento un líquido caliente correr por mí cara, me estampa contra el suelo y me pongo en posición fetal para proteger a mis bebes, siento como golpea mi espalda y todo mi cuerpo con sus pies, el dolor no me permite gritar, solo me quejo, sus golpes se repiten una y otra vez hasta que lentamente mis ojos se van cerrando, no siento mas golpes escucho una maldición, seguido de un lamento doloroso. La puerta se cierra de golpe y gimo asustada cuando vuelve abrirse, escuchó unos pasos acercarse y una voz que me permite seguir luchando para mantenerme despierta.

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