Capítulo 32

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Pov Anastasia

Casi media hora después, llegamos a la cabaña que Christian puso a mi disposición cada quien sumido en sus propios pensamientos. No me atreví a mirarlo, mucho menos a hablar aunque de antemano sé que tendré que darle todos los detalles de esto.

Todavía me pregunto como fue que se entero que algo me había pasado, como dio con mi paradero si Nana no le dijo donde estaba. La puerta de mi lado se abre y el vuelve a tomar a Josh en sus brazos. Bajo del auto y me sorprendo ver que hay otro auto. Camino tras ellos y Taylor nos escolta.

Entramos a la cabaña y vuelvo a revivir lo que viví aquí con él, por un instante se detiene, voltea nuestras y miradas se unen, al parecer él también lo recuerda, es tanto lo que dicen sus ojos que no puedo sostenerle la mirada bajo mi rostro y miro la punta de mis pies.

Vuelve a caminar y cual pero fiel lo sigo hacia una de las habitaciones, no es la misma que compartimos aquella noche, pero es igual de hermosa. Deposita a Josh en la cama, arropa su cuerpecito.

—Descansa princesa. —Le dice y en un gesto muy tierno besa su mejilla. Se incorpora y camina hacia mi, se detiene justo frente a mi, intento bajar mi cabeza y esconder el desastre que soy, al igual que la vergüenza que siento al arrastrarlo conmigo en todo esto y a esta hora. Me toma por la barbilla y me mira fijo a los ojos. —Si hay alguien que no debe bajar la cabeza ante nadie esa eres tú Anastasia. No has hecho nada malo Anastasia para merecerte esto. No sé que pasó, lo averiguare y él se va arrepentir de haber puesto sus manos sobre ti. Lo juro. —Su voz sale ronca en una letal combinación entre rabia y dolor.

—Christian. —Su nombre se me escapa en un sollozo cargado de dolor, niega y me envuelve en sus brazos de una manera tierna y sobreprotectora. Me permito llorar en sus brazos y siento su mano serpentear en mi espalda. Me aferro a su cuerpo y mis manos rodeando su espalda lo mantienen cerca de mi. Necesito tanto esto y sus brazos tienen la capacidad de calmarme y hacerme perder la noción del tiempo. Los pasos de Taylor nos hacen volver a la realidad. Él besa mi frente tiernamente y se separa, sin que sus brazos abandonen mi cuerpo.

—¿Ya?. —Pregunta Christian sin mas, podría decir que algo incomodo por la interrupción.

—Si Señor. —le responde Taylor.

—Un minuto. —pide de la misma forma. Los paso de Taylor resuenan por el pasillo hasta que ya no se escuchan mas. Lo miro con curiosidad, besa mi frente y vuelve abrazarme. Segundos después se separa y me mira. —Vamos. —dice queriendo llevarme con él, intento poner resistencia pero su mirada me reprocha. —¿No confías en mi? —pregunta, asiento sin apartar mi mirada de él. —Entonces ven conmigo. —tiende su mano y no dudo un segundo y la tomo.

Llegamos a la sala y me sorprendo ver un hombre de unos treinta y cinco años, vestido con un uniforme gris de medico, aguardando por nosotros. Miro a Christian y el ladea la cabeza.

—Necesitó comprobar que estas  bien. —susurra Christian en mi oído con cierta preocupación. Asiento y me guía hacia el sofá. Tomo asiento y después de las presentaciones de lugar empieza mi chequeo.

—¿Y? —pregunta Christian contenido la desesperación que ha estado conteniendo los últimos diez  minutos mientras el Doctor Thompson me examina. No sé como consiguieron un doctor a estas horas, mucho menos que accediera a venir hasta aqui, rápidamente recuerdo que el dinero lo puede todo. Lo miro y no sé si alegrarme de que este aquí o sentirme peor al verlo así de preocupado, debe haber cruzado la habitación mas de quince veces.

—Fue un gran golpe el de la nariz, por suerte no hubo ninguna fractura. —Explica el doctor.

—Suerte. —bufa Christian. Los dos lo miramos y él enarca una ceja.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2018 ⏰

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