Shawn
Desperté gracias al dolor en mi cuello causado por el incomodo asiento de avión. Siempre he odiado viajar en estas cosas, tener que dormir en una bestia metálica con dos opciones, aterrizar o no. Ciertamente viajaba en un tumba si algo salía mal. Pero mi madre insistió en que pasara el verano con mi abuela. No me emocionaba en lo absoluto, no me lo tomen a mal, la adoro, de hecho, mi abuela es como mi madre, mamá no contaba con el tiempo necesario para hacerse cargo de mí. Es solo que mi abuela es una obsesa del control. Desde que era una joven de mi edad comenzó a forjar un imperio periodístico en la gran ciudad de Nueva York; y espera de mí no menos de eso. Cuando mi vuelo aterrizó, fui directamente a recoger mi equipaje y luego por un taxi. Mi abuela tenía suficiente dinero para financiar una estúpida investigación para escribir un artículo de cincuenta palabras sobre una estupidez sin importancia, pero no para enviar a alguien por el único nieto que aceptaba pasar su verano escuchando como me riñe por no caminar erguido, por irme a la cama después de la hora establecida, por salir con Mindy Prescott... Aún así, probablemente estaría afuera de un edificio tratando de robar la billetera de alguien más si mi abuela no se hubiera hecho cargo de mí.
Tú
Tuve que levantarme muy temprano por la mañana, más de lo que me gusta hacerlo. Si no me daba prisa perdería a las mejores presas, y estoy demasiado hambrienta como para darme el lujo de no trabajar hoy. Así que corrí por las calles más transitadas hasta llegar a esos grandes edificios en los que tenía prohibida la entrada, y esperé fuera del edificio Rayment; hacía tiempo que no atacaba en este lugar. Esperé sentada pacientemente junto a uno de los escasos arbustos que se encontraban en la calle, esperé y esperé, juzgando a los hombres y mujeres que cruzaban las puertas de cristal con sus maletines en las manos, hasta que finalmente la persona indicada apreció. Un mujer, una anciana distraída que llevaba con ella un enorme bolso rojo. Anciana, significa lento, gran bolso, significa que esta noche podría llevarme algo de comida al estómago. Salté desde el arbusto y corrí directamente a la anciana, no iba a hacerle daño, sólo tomaría su bolso y me iría, claro que yo no era una criminal profesional. Sentí un fuerte agarré en mi brazo derecho, alguien me había sujetado y me había hecho dar un paso estrepitoso hacia atrás, levantó mi brazo y me sacudió con fuerza. Era un chico que me miraba molesto, tan molesto como la última persona a la que le robé su billetera.
-Nisiquira lo pienses.-Me advirtió con seriedad.
La anciana se volvió hacia nosotros y nos miró sorprendida.
-¿Shawn?-Le dijo al chico.
-Esta chica intentó robarte, abuela.
-Huh- La mujer tomó un agenda que llevaba en sus manos y me golpeó con ella en la cabeza.- Habría golpeado una de tus manos por intentar robarme pero creo que tu cerebro es el que no funciona.
El chico rió silenciosamente mientras ella me veía detenidamente.- Vallase al diablo.
-No deberías hablarle así a la mujer que te enviará a prisión por un par de noches.
-No recuerdo haberte invitado a mi conversación con esta chica.-Le reprimió la anciana.
Reí de la misma manera en que lo había hecho el chico hace un momento y por eso sólo recibí otro de esos golpes en la cabeza.
-Iré adentro y llamaré a la policía.- Continuó el chico.
-Me parece correcto. ¿Por qué no llevas a la chica contigo ya que no pareces tener interés en soltar su brazo?
-Lo haré. Y sólo para aclarar, conozco a esta clase de chicas; una vez que les das una oportunidad de escapar, corren y se escabullen como las ratas.
La anciana golpeó el brazo del chico con la agenda dos veces y continuó su camino.- Ya hablaré contigo más tarde, Shawn. Ya tendremos esa oportunidad.
-Te diré quien es una rata aquí. Tú y tu maldita ab...
Él comenzó a caminar halándome del brazo hasta las puertas cristalinas del edificio Rayment. Dentro, todo mundo me miraba como si del virus más contagioso se tratara.
-Un par de noches en prisión no serán suficientes para que una ladrona cambie.
-Eres un chico repulsivo. Toda la educación que seguramente has tenido, no es suficiente para convertirte en un mejor hombre.
-Disfrutaré ver como la policía te saca de aquí frente a todo mundo.
-Y yo dormiré tranquila sabiendo que jamás tendré que fingir ser feliz para alguien más.
El chico sacó el teléfono de su bolsillo y lo escuché llamar a la policía. Cinco minutos después lo vi sonreír cuando dos hombres uniformados se cercaban a nosotros.
-Duerme bien.- Dijo mientras me guiñaba un ojo.
La anciana salió de algún lugar entre las puerta y caminó con calma en dirección a los oficiales.- Esa chica ha estado rondando por aquí los últimos tres meses, ha robado alrededor de 32 billeteras a clientes de Rayment y esta mañana intentó robarme a mí.
Uno de los oficiales se acercó a mí con las manos en la cintura y la mirada fija en mis ojos.- Estás en grabes problemas.
-Lo está. Eso es inminente. Pero no dormirá en una celda si me dices tu nombre.
-¿Qué?-Intervino el chico.
-Shawn, no toleraré que sigas interrumpiéndome.
-¿Por qué quiere saber mi nombre?
-Responde, niña. Si eres lista debes saber que es lo mejor que puedes hacer en este momento.
-...______.-Dije con rapidez.
-Fuerte y claro.- Me ordenó.
-______.-Respondí de mala gana.
-Lamento haberlos hecho perder su tiempo, caballeros, pero esta chica no ira a ninguna parte con ustedes.
-No lo entiendo.
-No es para tu entendimiento, Shawn.
-¿Sabe que volveré, no es así?-Tal vez burlarme del buen acto de la anciana no era lo mejor que podía hacer, pero no era la chica más inteligente en el planeta.
-Lo sé. Y sinceramente te recomiendo que...nos acompañes a mi nieto, Shawn, y a mí, esta noche a cenar.
-¿Disculpe?
-Después de todo tienes algo de modales. Volveré en veinte minutos, si para entonces sigues aquí, invitaré la cena pero si ya te has ido, lo entenderé a la perfección.
-¡Abuela!
-Señora Rayment- Dijo uno delos oficiales tan sorprendido como yo.- Esta chica es una ladrona. Definitivamente no es el tipo de persona con la que usted debería compartir la mesa.
-Estoy de acuerdo.-Le apoyó el chico.
-Mejor cuida tu espalda, idiota.
-Oficiales, espero que comprendan que ya no son requeridos aquí. -Se volvió hacia el chico y le dedicó una mirada severa.- Shawn, ve por mi abrigo.- Me miró a mí, con sus ojos puestos con firmeza sobre los míos mientras yo esperaba confundida.- En este momento tienes tres opciones, únicamente tres. Puedes irte y volver a las calles y arriesgarte a que te atrapen de nuevo y arruinar tu vida o puedes quedarte, cenar con nosotros e irte mientras yo abogo por ti.
-Esas son sólo dos cosas, anciana.
-Lo sé, si aceptas venir te hablaré de la tercera, de lo contrario no veo ningún beneficio en contarte.
-...
-¡Habla, niña.!
-...No tengo idea de que es abo..abo...
La anciana sonrio para ella misma y continuó -Abogar. Es algo que sin duda te conviene en este momento.
-No iré a su casa, que le quede claro.
-Tú eliges.