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No entiendo como es que logro meterme en tantos problemas en tan poco tiempo, es casi como si yo los buscara...de acuerdo, tal vez me haya buscado algunos, pero ahora una pandilla está tras de mí y no tengo idea de qué harán conmigo si me encuentran. Odio esto. Odio todo esto.

Shawn

Por la tarde busqué a la ladrona por toda la casa, me había pedido que la ayudara a leer el periódico pero la tierra se le había tragado, o tal vez estaba tratando de robarle a alguno de los vecinos. Terminé por restarle importancia a su ausencia y subí a mi habitación para planear que haría por la noche, claro que mi abuela tenía otros planes para mí.

-¡Estabas a cargo!-Comenzaba a asustarme como es que mi abuela lograba aparecer detrás de mí en momentos aleatorios.

-¿De qué hablas, abuela?

-De ______. Estabas a cargo de ella.

-¿Y eso que significa...?

-Alguien llamó a la recepción de mi edificio, la llamada fue de piso en piso hasta llegar a mí, ¿se te ocurre de quién era esa llamada?

-...

-Era _____ pidiéndome que la ayudara.

-La última vez que la vi fue esta mañana, no tengo idea de cuando fue que se marchó.

-Saldrás a buscarla.-Una linda manera de ordenarme que lo hiciera.

-¿Qué?

-Está perdida. Saldrás a buscarla.

-Esa chica pertenece a la calle, estoy seguro de que se las arreglara para encontrar un lugar.

-Si algo le sucede a esa chica...

-Será su culpa y únicamente su culpa.-Fijé la mirada en los ojos de mi abuela y ella lo hizo también.

-No olvides que también lo será de quien pudo evitarlo y no lo hizo.

No lo llamaré ayuda, simplemente utilicé los centavos que encontré en la calle para hacer una llamada y el único número que se me ocurrió fue el de la señora Rayment. Lo había aprendido después de tantos años robando fuera de su edificios.
Mientras caminaba, miraba con nerviosismo a todas partes, ahora estaba menos segura que antes. Las luces de un auto se hacían más brillantes a mi espalda, era claro que un auto se estaba acercando a mí con extrema lentitud; comencé a correr y el auto a ir más rápido.

-¡Por favor no me hagas daño!-Dije lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

-¿Por que habría de hacerte daño?-Respondieron desde el auto.-¿Estás bien?

-¡Shawn!-Por primera vez me alegraba de ver al idiota.

-Mi abuela me envió a buscarte.

No esperé a que me invitara a subir al auto, simplemente me monté en el y le pedí al imbécil que arrancara de inmediato.

-Cierra los seguros.-Fueron mis primeras palabras.

-Te vez nerviosa.

-Sólo acelera.

-¿Te metiste en problemas?

Me sorprende que no haya sido obvio.

-...

-Te metiste en problemas.

-...

-¿Cuántas veces entrarás a este auto tratando de huir?

-...

Si alguien no te responde al tercer intento, entonces cierras las boca.

-Claro que siempre puedo continuar hablando como idiota mientras tú permaneces en silencio.

Lo entendiste.

-Le dije a tu abuela que no te enviara a buscarme.

-Sí, bueno, hablamos de mi abuela.

-...

-¿Alguien más intentará asesinarme?

-Conduce el maldito auto y deja de hablar.

-¿A dónde se supone que vaya?-Elevó la voz, irritado.

-A cualquier parte. Sólo sal de estás malditas calles.

-Deberías comenzar por pedir las cosas por favor.

Shawn

Tampoco me sentía seguro conduciendo en ese lugar. Había una razón por la cual la ladrona había buscado a mi abuela y no quería averiguarla. No sé me ocurrió ningún otro lugar para llevarla que a casa. A ninguno de los dos nos emocionaba esa idea pero sabíamos que por el momento no teníamos muchas opciones.
Sin darme cuenta, tomé el camino que atraviesa el centro de la ciudad. Odiaba ese camino, los semáforos pasaban más tiempo en rojo de lo que mi abuela en la oficina. Mientras esperaba la luz verde con mi mano en el volante y mi pie listo en el acelerador, el sonido de un persiste claxon me hizo mirar molesto por la venta. Era Cameron mostrándome su dedo medio, lo miré sin ánimo y este se removió en su asiento para ver a la "mercancía" que tenía junto a mí. Cameron y una noticia son la peor combinación. Tenía la habilidad de hacer de algo pequeño un gran alboroto.
El camino no fue tan insoportable como creí que lo sería, la ladrona permaneció en completo silencio mirando por la ventana.

-Te pasaste un alto.

Hasta ese momento.

-No es verdad.

-Acabas de hacerlo.

-Tú ni siquiera sabes leer.

-...

Estacioné el auto fuera de casa y la ladrona salió a toda prisa, tanto que ni siquiera me dio tiempo de hacerlo a mí. Cuando intenté hacerlo, ella pateó la puerta del auto obligándome a entrar de nuevo, hicimos eso cuatro veces hasta que decidí que no saldría.

-¡Te pasaste un alto!-Gritó desde fuera de la venta.

-Te pasaste un alto.-Dije imitandola de una manera descarada. Abrí la puerta con fuerza creyendo que la ladrona se haría a un lado, pero no lo hizo y terminé por empujarla. Al verla en el pasto salí de inmediato sólo para ver que había caído en su trasero.-Te lo merecías.

-Te lo merecías.-Me imitó de la misma manera y se levantó. -Eres un imbécil.-Me empujó a un lado y continuó caminado. No tengo idea de porqué seguí con eso pero la empujé también, luego ella a mí y de nuevo yo a ella.

-Tiene la fuerza de una niñita de cinco años.

-Me alegra saber que soy tan fuerte como tú.

Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro y se abalanzó contra mí, logré detenerla y al verse atrapada en mis brazos comenzó a hacer cosquillas en mi abdomen.

-Eso no es justo. -La solté de mi agarre para comenzar a hacerle cosquillas también.

Y de pronto, nos encontrábamos corriendo uno detrás del otro de nuevo. Esta vez ambos reíamos sin ocultarlo, lo hicimos hasta que la aterradora imagen de mi abuela distorsionada por la luz dentro de la casa nos detuvo.

-¿Qué están haciendo ahí afuera?, ¿qué es todo ese escándalo?, ¿______, dónde te habías metido?- No sonaba nada feliz.-Los dos entren antes de que los deje dormir afuera.

Ella me miró y sonrió divertida, yo hice lo mismo.

Entramos y como si supiéramos lo que venía nos sentamos en uno de los sofás de la habitación.

-¿Por qué gritaban afuera como hienas hambrientas?

-Jugábamos.-Respondió ella.

-No hablaba contigo, señorita.

-Estábamos jugando, abuela.

-...Sube a tu habitación. Tengo unos asuntos que tratar con, _______.

-Creo que la abuela azotará tu trasero.-Dije burlándome pero eso solo hizo que ambas me miraran molestas.

Do You Understand?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora