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A pesar de que no había ningún insulto que pudiera describirme por completo, había logrado mi cometido, a un costo muy alto. La ladrona se alejó de nosotros, tambaleándose y completamente ajena a nosotros, estaba perdida en la sala.

"-Sirve de algo y tráeme un trago.

No quería que siguiera bebiendo, iba a golpearme si continuaba, iba a golpearme de cualquier forma, pero sin ese alcohol tal vez se detendría antes.

-¡¿No me escuchaste, niña!?

Podía escucharlo, me gritaba a la cara, con apenas unos centímetros de distancia. Podía escucharlo.

-!¿Lo entiendes?!

Cada vez que levantaba sus brazos al hablar temía que uno de ellos terminara en mi rostro, pero si no me movía tal vez no me golpearia tan duro.

-¡Largo !

Si me iba, si me atrevía a darle la espalda, tomaría su vara y me golpearia, pero tal vez si me quedaba frente a él, no tendría tiempo de hacerlo.

-¡Vuelve a la cocina!

Debí obedecer.

Intentó tomarme del brazo, que lo esquivara sólo le molestó más. Me sujetó y aunque mis delgadas piernas se reusaban a caminar, él me arrastró. La estufa no estaba encendida, pero él hizo que las llamas aparecieran. Confiaba en que el fuego no saldría esta vez o que quiza no no me haría tanto daño como las últimas veces...Confiaba demasiado."

Glinsky

Nunca creí que vería unos ojos como los de esa chica. Su mirada triste y cansada no hacía que el brillo en ellos desapareciera. La vi hablar, pero no podía escuchar nada de lo que decía, los chicos también hablaban pero no podía prestar atención a sus palabras. Debí parecer un loco, pero jamás había quedado tan asombrado por un par de ojos. Fue hasta que el imbécil de Shawn trató de acercarse a ella que volví de ese mágico transe.

El sonido volvió a mí repentinamente, tanto que era insoportable y molesto.

Shawn

Mindy y su madre se acercaron a nosotros, la señora Prescott mirando despreciante a su alrededor y Mindy con su incansable alegría.

Aaron me miró con desprecio y desapareció de nuestras vistas, Cameron también se fue, detestaba a Mindy, Glinsky quien parecía bajo el uso de algún tipo de droga también se fue.

-¡Shawn!

Lo del pastelillo tendría que esperar, no hablaría de eso frente a su madre.

-Mindy. Señora Prescott.-Formalidades. No estaba de humor para ellas.

-Joven Shawn. Cuanto tiempo sin vernos.

-Me alegra que decidieran venir.

-Ya nos íbamos.

Dos minutos, sólo habían estado en la fiesta por dos minutos y esa mujer no soportaba su estancia aquí. Mindy estaba apenada, pero no desobedecería a su madre.

-¿Quién era la chica que estaba aquí hace un rato?

Joder, la habían visto.-Ella es parte de la servidumbre de mi abuela.

-No vestía como tal.

Deberían echar a esta mujer.

-Mi abuela la acogió de la calle, es...complicado. Pero si vestirse así la hace feliz, mi abuela no tiene problema.

Anda Shawn, puedes continuar humillando a ______ aún cuando no está aquí. Imbécil.

-No deberían permitir que la servidumbre se mezcle entre nosotros. Sería imperdonable que aquella mujer...Jane, también estuviera aquí.

-Sí.-Reí

Esta es la parte donde todos deberían decirme cuan estúpido soy; después de llamarla mi madre, ahora estoy de acuerdo con que sería humillante que asistiera a la fiesta.

Glinsky

Cuando la chica se fue se veía asustada. Debí prestar atención a lo que decían. Creí que lo mejor sería seguirla y tratar de averiguar si yo podía ser útil en algo. Estaba apunto de subir por las escaleras pero cambió su destino a la cocina, luego a uno de los baños, hasta que finalmente la perdí cuando iba a la salida. Afuera no la encontré, pensé en la poco probable posibilidad de que estuviera en el obscuro jardín trasero. De niño nos atemorizada a todos. Sólo vi una triste imagen de la chica tirada en el césped llorando, sus zapatos a mitad del camino y a mí sin saber que hacer.
Hice lo que me pareció correcto. Me acerqué a ella y me senté lo suficientemente alejado para que no creyera que robaba su espacio.

-Era una horrible noche de cualquier manera.-Le dije y ella gritó aterrada y comezó a arrastrarse alejándose de mí.- ¡Lo siento! ¡Lo siento! No quería asustarte.

-¡Aléjate!

Me alejé, caminé hacia atrás antes de que qué el pasillo para volver al frente comenzara y volví a hablar.

-Jack, Jack Glinsky. Mi nombre es Jack Glinsky.- ¿Por qué sueno tan nervioso?

La chica alcanzó uno de sus zapatos y sin pensarlo me lo arrojó.

-¡Vete de aquí!

-Sólo quiero saber si estás bien, luego me iré.

Apenas giró su cabeza para mirarme, se levantó y caminó a toda prisa hacia mí. Arrancó algo de su cuello y lo arrojó al aire, la furia en sus ojos era algo que podía reconocer, quizá entender.

-¡¿Quiere saber si estoy bien?-No dejaba de acercarse.-¡Estoy bien!-Las lágrimas y la rabia en su voz eran genuinas.-¡Estoy jodidamente bien!-Luego comenzó a empujarme.-Dudé sobre que sería lo mejor que pudiera hacer, podía irme y dejar que la chica continuase con lo que sea que estuviera en sus asuntos o podía quedarme y dejar que la chica me golpeara. Ninguna de las dos opciones parecía cercana a un buen final.

-Hay otro imbécil dentro al que con gusto te ayudaría a golpear.

-¿Shawn?-Lo rápido que se detuvo sólo para escucharme al decir eso me sorprendió...Relamente no lo hizo.

-Veo que no es el personaje preferido de Nueva York.

-Vamos.- Convertida en un desastre, la chica me tomó del brazo y comenzó a empujarme adentro.

Sólo lograba hacer que me moviera unos centímetros pero era divertido ver su persistencia.

-Linda, tengo une mejor idea.

-¡No me llames linda!

-No sé tu nombre.-Me excuse.

Paró en seco y se colocó frente a mí.-_______, te lo dije en la fiesta.

Luego continuó arrastrándome.-Espera. No podemos ir y golpearlo sólo así, aunque se lo merezca.

-Bien. Lo haré yo misma.

Creí que bromeaba hasta que sus pasos decididos me hicieron detenerla.-¿Qué fue lo que ese imbécil te hizo para que estés tan molesta?

-Existir.

Esta chica es un sueño.

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