Capitulo.-4

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El es un fastidio.

No sabe nada.

No sabe pescar con las manos ni hacer trampas para animales.

He pasado todo el día acompañándolo porque tiene miedo de que algo se lo coma; es una ridiculez.

No entiende que yo no lo voy a cuidar, es demasiado inmaduro para intentar sobrevivir.

Yo prefiero hacer las cosas sola, sin molestias, pero el vino a fastidiarlo todo.

-Que haces?.-Dice acercándose a mi.

-Cocinar los pescados.-dije seca y sin moverme.

-Y...?.-dice acercándose un poco más.

Le pongo mi palma en su cara y lo aparto.

-Que haces?.-Le digo sabiendo lo que me va a contestar.

-Nada.-Me provoca reírme en su cara; tonto.

-Exacto, anda has algo, busca comida.-le digo sacándolo de la casa.

De verdad él parece divertido, pero no hay tiempo para divertirse. Tenemos que esforzarnos para conseguir un estilo de vida adecuado, para vivir tranquilos, pero ahora tenemos que trabajar.

Pasa un rato y me asusto al pensar que pudo perderse, en esta semana me acostumbre a su fastidiosa presencia.

Salgo en su búsqueda. Lo encuentro en la playa acostado y siento como la sangre se me va a la cabeza.

-¿Que haces?.-Le digo jalandolo de los pelos.

-Eso debería preguntar yo.-Dice separándose y mirándome fijamente con la intención de intimidarme; pero no lo logro.

-Que hacías dormido aquí.-Digo con los nudillos blancos de apretar el puño.

-¿Un problema?, yo solo mire la playa y me acorde de mi casa.-Dice y siento envidia de que él pueda recordar su pasado.

-¿Tú no extrañas tú vida de antes?.-Dice y me mira con los ojos tristes.

A mí me duele la cabeza de recuerdos que me vienen de una casa y yo jugando con una niña parecida a mi, y una mujer gritándonos que volvamos a la casa.

-Los recuerdos que tengo de mi vida pasada son muy pocos.-Digo la verdad, ahora recuerdo más que cuando llegue, pero sigo sin saber exactamente nada.

-¿Como llegaste a Maravhilla?-Dice suave porque se da cuenta que por primera vez desde que llegue estoy sensible.

-No recuerdo... Y no lo necesito.-Digo recobrando la postura y yendo a la casa con él pisándome los talones.

Sé que siente lástima, pero no quiero que la sienta. Y lo que dije es verdad; no necesito recordar mi pasado para ser feliz.

-¿Ya vamos a comer?.-Me pregunta acercando sus labios al ovulo de mi oreja.

Me separo de él y le tiro una mirada de "no te lo tomes a mal, pero no te conozco lo suficiente", y el me sonríe indicándome que no importa.

Valoro que se lo tome a bien, porque si se lo tomara mal lo sacaría de la casa.

¿Alba?(1temporada ¿Yo?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora