- "¿Fingir? Hace mucho tiempo deje de fingir mis sentimientos. Hace mucho tiempo me di cuenta que me enamore de ti".
Él una persona que sale con chicas sin querer comprometerse sentimentalmente...
No me puedo quitar el encuentro de la cabeza. He conocido a la madre del enemigo... Y encima Nina le ha contado sobre mí.
¿¡Cómo se le ocurre!? Pensará que soy la peor persona del mundo... Aunque cuando se enteró de la noticia no parecía estar muy consternada. Es más, dibujó una sonrisa en su rostro.
¿Qué se le habrá ocurrido?
Matteo me atacó verbalmente mas no me importo. Bastante tenía con averiguar porque había sonreído sabiendo que me meto con su hijo.
Nina regresó, no sabía cómo iba a reaccionar así que me guarde la noticia para cuando estemos a solas.
El gritó de Matteo provocó que todo el mundo le mirara menos yo. Lo último que quería ver era su cara.
Por mucho que tratara de buscarle relación con su madre no se la encontraba. ¿Será adoptado?
-¿Ocurre algo Balsano?-preguntó el profesor.
Ya habíamos cambiado de clase.
-No... Yo... Bueno...
-Está metida en una buena.-susurró Nina.
-Ya te digo...-respondí sin muchos ánimos.
-¿A qué espera señor Balsano?
Matteo parecía querer que la tierra se lo tragase.
-Luna, ¿Puedes ayudarle?
-¿¡Yo!? ¡Ni muerta!
-¡Por favor! ¡No quiero aguantarlo en clase!
Suspiré, no puede ser que vaya a ayudarlo. Aunque no pienso hacerlo gratis.
-Pásame el estuche.-extendí mi mano.
Nina sonrió a más no poder y me entregó su estuche.
-Cabeza: 50 puntos. Partes bajas: 100 puntos.-dijo bromeando.
-¿Cómo quieres que le golpee ahí desde este ángulo? Es imposible.
-Los retos te gustan, ¿No?
-Touché.
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-¡Valente!-gritó el profesor.
-¡Diana!-gritamos Nina y yo (otra vez) chocando las manos.
El italiano me fulminó con la mirada y apretó el estuche con fuerza.
-Señorita Valente. ¿Quiere dejar de tirarle cosas al señor Balsano?
-Se me ha escapado.-conseguí arrancar a Nina una sonrisa.
-Balsano devuélvale el estuche a Valente, lo va a necesitar para completar el castigo.
