"Amor Fingido" (Lutteo)

Capítulo 13

(Luna)

Sus palabras me habían dejado en shock. A mí y a toda la biblioteca, que nada más vernos se habían acercado con la intención de divertirse un poco con nuestras posibles discusiones.

Lo que no se esperaban (ni yo tampoco) es que me pidiera semejante burrada.

Necesito mi tiempo para recapitular... A ver, acepté escuchar lo que me tenía que decir, nos saltamos las explicaciones porque Nina me lo había contado todo y después me pidió que fuese su novia.

¡¡Su novia!! ¿¡Pero este que se ha chutado!?

Nunca pensé que me dijese eso, ni me lo veía venir. Para que Matteo me pida algo así, tiene que estar muy desesperado.

Tal y como yo estaba cuando mis padres se murieron... ¿Y qué hizo él? Meterse conmigo sin importarle que estuviese llorando.

Enfrié mi mirada. ¿Por qué piensa que le voy a hacer un favor con todo lo que él me ha hecho?

Las chicas que estaban alrededor, abrieron tanto la boca que por poco se les separa de la cara.

Decidí pasar del tema, fingiendo que no me creía que la petición fuese de verdad.

-Vete a tomarle el pelo a tu abuela, rico.

Traté de levantarme pero una presión en la muñeca me lo impidió.

-Te estoy hablando muy enserio.

-A ver... ¿Piensas que después de lo que me has hecho te voy a hacer un favor?

-¿¡Yo!? ¡¡Eres tú la que no para de hacerme la vida imposible!!

-¡Tú te lo buscaste!

-Discutiremos eso en otro momento, volvamos a lo de antes.

-Como te he dicho antes, sea lo que sea mi respuesta es negativa.

-Sabía que estaba perdiendo el tiempo.

-Entonces ya hemos acabado, felicidades por tu...

Su mano mató lo que quedaba de la frase, y las chicas gritaron aterradoramente cuando vieron la cercanía de nuestros rostros.

Su mirada asesina se entrelazaba con la mía y no tenía pensado perder la batalla.

-Como se te ocurra decir algo sobre eso, te mato.-me apretó con fuerza, como siga así me va a clavar los dedos.- Y te lo digo en serio, la broma del cuarto de limpieza te parecerá un chiste con lo que te puedo llegar a hacer.

Conseguí soltarme de su agarre y le miré con furia.

-¿Tú? Si no lo has hecho antes... ¿Por qué deberías hacerlo ahora?

-Porque has abierto la bocaza.

-Cuida las palabras conmigo que tal vez se me escapen secretos embarazosos.

-Y a mí los guantazos.

-¿Serías capaz de pegarme?

-Puede...

-Que valiente...-susurré irónicamente.

-Estas avisada.

-Bueno... Me alegro de la suerte que has tenido encontrando a la mujer de tu vida.-lo dije bajito para que solo me escuchase él.

Me fulminó con la mirada y (si la vista no me juega una mala pasada) creo que en sus ojos podía verse el fuego del infierno ardiendo.

-Eres una...-le observé esperando una respuesta que nunca llegó.- ¿Qué debo hacer para que aceptes?