"Amor Fingido" (Lutteo)

Capítulo 15

(Luna)

-¿¡Qué!?-mi grito se escuchó por todo el patio.

-Tranquila Luna...-dijo Nina tratando de hacerme respirar con calma.

-¿¡Cómo me voy a tranquilizar!? ¡¡Me has vendido!!

-¡No! ¡Yo no te he vendido!

-Le has contado a Matteo que necesito dinero por unos zapatos...-fingí tranquilidad.- ¿¡Eso es no vender a alguien!?

-¡Es que era hermosos y llevaba tiempo tras ellos!

-¡Claro! ¡Viene el imbécil de tu primo diciendo que te los va a comprar y tú le cuentas mis problemas!

-Cuando quieras te los dejo.

-¡Qué bien! ¡Así recordaré el día en el que mi mejor amiga me vendió al enemigo!

-¡Escucha! Al principio me negué, y eso que me estuvo chantajeando un buen rato, pero cuando sacó el tema de los zapatos pues...

-Me vendiste.

-¡Perdona! En mi defensa diré que eran preciosos.

-¿¡Y!? ¡¡Yo no dije nada sobre el secreto del malnacido de tu primo y le podría haber arruinado la vida!!

-Eso demuestra que eres buena persona. Dame un abrazo, estoy orgullosa de ti.

No me puedo creer que Nina le contase que estoy sin un duro. Al parecer, el orco me necesita más que nunca y le ha interrogado a su prima para poder convencerme.

Y encima Nina, me ha vendido por unos zapatos.

En ese caso pienso evitar a Matteo el día entero. Que se fastidie, no pienso hacerle ningún favor.

De repente se acercaron bastantes chicas como si fuese un piquete.

-Tú, queremos hablar contigo.-me señalaron.

-¿Conmigo?-esto es nuevo.

-¿Quién te crees para hacerte pasar por su novia?-Fernanda se hizo presente en la conversación.

-¿Alguien con cerebro?

Las chicas se pusieron rojas de golpe. Fue algo muy gracioso, la tonalidad de rojo cambiaba por momentos.

-Más te vale no volver a hacer eso.

-¿O sino qué?

-Te acordarás de nosotras.

Me acerqué a ellas y éstas retrocedieron un paso.

-¿A quién pretenden engañar? Ninguna de ustedes podría hacerme nada.-sonreí macabramente provocando varios escalofríos.- Ni siquiera pueden venir de una en una por miedo a lo que pueda pasarles.

-Estas avisada.-dijo una de las chicas.

-No... La que está avisada eres tú.-me acerqué más.- Vuelve a amenazarme y no habrá cirujano que pueda arreglarte la cara.

La chica se estremeció.

-Qué pena dan.-dijo Nina sonriendo.

-Mira perra...-empezó a decir Fernanda.

-¿Qué le has dicho?

Mi tono de voz consiguió hacerla retroceder.

-Luna, no pasa nada. Déjalas, son idiotas.

-Ya te digo.-Nina me cogió del brazo.- Adiós muñequitas, me voy a ver a mi novio.

Fernanda, que era la única que vi, había fruncido el ceño y tenía los puños apretados. No lo habría dicho si no fuera por molestarlas.