VI. Tienes tanta suerte.

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— ¡Buenas tardes, VIERNES!

— ¡Buenas tardes, joven Parker!

Una sonrisa estaba en el rostro de Peter cuando las puertas del ascensor se abrieron y lo primero que vio fue a Wade junto con Eleanor. La sonrisa creció un poco.

Eleanor estaba sentada en una mesa especial para bebés con Wade en frente de ella. Un Wade que trataba de darle una especie de papilla color rojo y le sonreía y miraba con sus brillantes ojos azules.

— ¡El avión va a aterrizar, señorita Eleanor! —exclamó el ex mercenario, moviendo la cuchara hacia los labios de la bebé— ¡Necesitamos que abra su boca para qué pueda aterrizar!

Ella hizo caso y abrió sus labios hacia él, tomando el dulce contenido de fresas molidas en su boca. Peter se acercó a ellos.

— ¿Cómo están los dos? Veo que se divierten. —dijo Peter, tomando asiento al lado de Wade— Sospecho que Jane te dio un manual de instrucciones para criar a la bebé…

—Literalmente, lo hizo. Ella y Wanda son grande maestras. —Apuntó eso— También tengo una lista de las recetas de papillas que a Eleanor le gustan. Le gustan casi todas… ¡Excepto la de brócoli! Odia la del brócoli. Del resto creo que está bien.

—Me gusta ver que te estás tomando todo esto en serio.

—Y a mí me gusta ver que no te ves tan atariado. ¿Todo va bien en la universidad?

—Por fin terminé mi proyecto con Ned y salí bien en mi examen de hoy.

— ¿Tienes algo importante qué hacer mañana?

—No... —Peter entrecerró sus ojos— ¿qué tienes en mente?



***

—Jane dice que es bueno para la bebé que empecemos a hacerla sentirse identificada con un género…

Peter entrecerró los ojos y masculló: —Estás pasando muy tiempo con Jane.

— ¡No estés celoso, Petersito!

Un beso sonoro en su mejilla y Peter estaba sonriendo otra vez mientras Wade empujaba el coche de la bebé por la tienda de ropa.

—Igualmente considero que no debemos encasillarla. Es una chica, es cierto, pero deberíamos hacerla sentir bienvenida en todos lados. No debemos comprarle vestidos color rosa solamente. También pantalones, camisetas y esas cosas. —dijo Peter.

—Por supuesto que sí. —Wade caminó hacia el frente del coche, mirando a Eleanor, acostada dentro del mismo con su ojos marrones viéndole con dulzura— Porqué las mujeres pueden hacerlo todo, ¿no es así, mi pequeña patea-traseros?

Eleanor rió en respuesta. Peter siguió tomando algunos conjuntos de los anaqueles y algunos objetos que podrían ser de utilidad para ellos y la bebé.

— ¿Has pensado en qué haremos con todo estos cuándo encuentren a algún familiar de Ellie? —Le preguntó Peter.— Creo que lo correcto sería regalarles todo esto, ¿no? Nosotros no haremos nada conservándolo.

—Sí, tendrá un recuerdo de nosotros a donde quiera que vay- ¡Peter, Peter! ¡Mira esto! ¡Peter, mira, mira!

Peter volteó a mirar a Wade y un chillido emocionado salió de su garganta cuando vio lo que Wade sostenía en sus manos. Era un muñeco… Uno del Hombre Araña. Había visto varias prendas y varios juguetes de él, pero este peluche era una versión mini y adorable de su alter ego.

—Ay, ¡qué lindo! ¡Tenemos qué llevárnoslo!

—Mira, Ellie, es el Hombre Araña. —Sonrió Wade, mostrándole el peluche a la pequeña bebé— Cuando crezcas, puedes ser como él. O no. ¿Sabes qué? Puedes ser lo que tú quieres, puedes amar a quien tú quieras y puedes crees en lo que tú quieras. Papi y yo te amaremos sin importar qué.

Peter sintió todo dentro de él querer temblar como gelatina. Al parecer un grupo de mujeres que estaban cerca pensaron lo mismo, debido a que empezaron a acercarse a ellos.

—Aw, que lindo. Ojalá mi esposo fuese así con nuestro hijo. —dijo una, de cabello rojizo y ojos color gris, la cual sostenía entre sus brazos un oso de peluche con una camisa del Capitán América.

—Dímelo a mí. —dijo la otra de piel trigueña y cabello rizado, sonriéndole a Peter con sus dientes blancos— Tienes tanta suerte de tener un hombre así a tu lado.

Peter sonrió hacia ambas y luego hacia Wade, el cual sacaba a Eleanor de su coche y la acercaba a él para besar su rostro y decirle que sería una gran mujer cuando creciera. La bebé de cinco meses solo sonreía y reía entre los brazos de su novio. Peter estaba de acuerdo, tenía mucha suerte.

Let's Have a Baby!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora