XXV. Graciela.

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Cuando Carmelita murió, Graciela pudo sentir como su corazón se partía en mil pedazos. Y cuando le dijeron que la bebé, Eleanor, había sido tomada por el Estado, Graciela sintió que la Virgen se había olvidado de ella y que Dios le había dado l espalda.

Su familia, latinos indocumentados que vivían en la frontera de Texas, no podían hcer mucho. No podían hablar con a policía, no podían ir a los centros médicos, sino iría a prisión y todo estaría aún peor.

Así que se quedaron en calma, rezando por las noches y esperando una llamada que tal vez nunca llegaría, pero que, casualmente llegó.

Louis, un hombre del departamento de Protección Infantil, le llamó un lunes en la mañana y le hizo varias preguntas sobre su hermana. Después de eso la citó en su oficina y le contó que su sobrinita había aparecido. Después de hacerle una larga e intensa entrevista, le dijo que hablaría con los padres adoptivos de Eleanor para contarle sobre ella.

Y la siguiente llamada llegó unas semanas después, de parte de una voz joven y adorable de un chico llamado Peter, que afirmaba ser uno de los padres adoptivos de Ellie.

Un auto fue por ella al aereopuerto de Nueva York la mañana que decidieron verse. Un hombre de apariencia seria y con un traje la saludó, dijo que era Happy Hogan y la llevaría a la Torre… Aunque nunca especificó cual.


—Happy llamó —Peter pasó sus manos por la tela de su pantalón, gracias al nerviosismo, le sudaban las palmas—, dice que ya están llegando, ¿todos listos?

Wade abraza a Eleanor contra su pecho y asiente, al igual que todos los demás. Pepper deja una bandeja con bocadillos en la mesa de la sala principal y le dice a Tony que se comporte.

—Yo puedo comportarme, solo le diré a la bruja que se vaya por donde vino y que nos deje a la bebé. —dice Tony.

—Mejor no digas nada. —dice Bruce, abrochando el botón de arriba de su camisa.

Cuando las puertas del ascensor se abren y muestran a Graciela Camacho, Peter y Wade sienten sus corazones latiendo con fuerza. Ella se abre paso en la habitación, con unos pantalones marrones hasta la cintura y una camisa de estampado con flores. Tiene el cabello rizado y su tez es morena, es tan parecida a Eleanor que Peter siente que puede llorar en cualquier momento. Les sonríe con gentileza y murmura, con un acento muy marcado: —Hola.

Los dos padres le miran y murmuran: —Hola. —al unísono.

¡Sea bienvenida, señora Camacho! —La morena brinca sobre sus pies cuando la voz robótica de VIERNES habla.

—Así es, —Tony se acerca hacia la mujer y la mira a través de sus lentes de sol— sea bienvenida señora Camacho. Soy Tony Stark, es un placer.

Cuando Graciela parece reaccionar al saludo, aguanta un chillido emocionado y abraza emocionada al billonario.

Todos los demás Vengadores se acercan y se presentan ante Graciela, la cual les sonríe y les responde el saludo.

Peter, Wade y Eleanor le miran desde lejos y Wade puede sentir a Eleanor removerse entre sus brazos, porqué la voz de Graciela es muy parecida a la voz que la arrullaba cuando estaba en el vientre.

—Dime que te estás arrepintiendo. Yo lo hago, podemos escapar… Aún tenemos oportunidad. —dijo Wade, mientras mantenía a Ellie contra su pecho.

—Sí lo hago. Pero no podemos escapar… Bruce hizo un mecanismo de seguridad por si deseábamos hacerlo.

—Es muy parecida a Ellie…

—Demasiado… Quiero llorar, Wade, no estoy listo para dejarla ir.

Wade entiende lo que Peter siente, él también lo siente. La sensación parece incrementar cuando Graciela los mira y se acerca lentamente, con sus ojos mirando a Eleanor.

—Hola, Ellie. —murmura con suavidad la mujer, con lagrimitas apareciendo en sus ojos cafés y su corazón latiendo con fuerza.— Eres idéntica a tu madre, amor, no tienes idea de lo mucho que he querido conocerte…

Cuando Graciela extiende sus brazos hacia ella, Wade la sostiene con más fuerza contra su pecho y la pareja da un paso atrás.

Graciela les mira y se coloca menuda, apenada del abrupto acercamiento.

—Lo lamento… Yo no quise que-

Graciela deja de hablar cuando Eleanor se ríe y estira sus brazos hacia ella. Wade toma una larga respiración y estira a Eleanor contra los brazos de Graciela.

La mujer sonríe y toma a la bebé entre sus brazos para abrazarla. Casi puede recordar la primera vez que cargó a Carmelita en sus brazos después de que nació, ahora no podría hacerlo, su hermana estaba demasiado lejos ahora.

Graciela sonríe hacia Eleanor y se entretiene con el sonido de sus risas. Luego mira a la pareja enfrente de él y su corazón se estruja al ver sus caritas, tristes y desoladas. Graciela parece entender que les sucede, porqué les sonríe y dice, con suavidad: —Ustedes saben que no me la voy a llevar lejos de ustedes, ¿verdad?

Al parecer no lo saben, porqué ambos se sorprenden cuando Graciela lo dice.

—Quiero que Eleanor esté con su familia biológica, pero tampoco me la llevaré lejos y nunca la volverán a ver. —Graciela se acerca a ellos— Ustedes cuidaron de ella, le dieron un hogar y no puedo simplemente alejarlos… Sé que mi hermana, allá arriba, está feliz de que ustedes hayan sido los que cuidaran de ella.

Graciela sigue sosteniendo a Eleanor cuando le pide a Happy traer el álbum de fotos que mantenía en su mochila.

Esa tarde, Wade y Peter conocen, aunque solo a través de imágenes, a la que es la madre de su hija. Fotos de Carmelita embarazada y de sus ultrasonidos hacen que todos se pongan sentimentales y extrañen a alguien que ni siquiera conocieron.

Esa noche, duermen en la Torre y Eleanor está entre ellos, durmiendo en el centro de la cama, mientras ambos padres se miran entre sí.

—Esto salió bien. —murmura Peter, mirando a Wade con una sonrisa— Pensé que nos la arrancaría de los brazos y nunca la volveríamos a ver.

—Yo también. Que bueno que el fanfic no terminó de esa manera, me hubiese decepcionado. —Wade sonríe hacia Peter y coloca su mano sobre la de él— ¿Sabes qué viene ahora? La autora lo ha mantenido en secreto y estoy muy asustado de que esa perra haga una locura.

Peter se ríe, bajito, para no despertar a la bebé.

—No lo sé… Pero ¿estamos juntos, no? Si es así, ¿qué podría salir mal?

Let's Have a Baby!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora