VIII. El buen tío Tony.

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En la mañana, Tony besó los labios de Bruce antes de que se marchara con Thor y Wade a una misión, bebió como tres tazas de café y después se rió de Peter, el cual corría por toda la torre tomando sus cuadernos y a la pulguita de Eleanor entre sus manos.

Bueno, así fué hasta que Peter colocó a la bebé entre los brazos.

— ¿Qué? No, no, no, yo no me voy a quedar con ella.

—Wade no está y algo pasó en la universidad. —dijo Peter, colocándose su mochilla y tomando sus libros— Necesito que la cuides hasta que Wade o yo volvamos.

— ¿No puede cuidarla alguien más? —Se quejó Tony, tomando a la bebé con sus mano y alejándola de él, como si tuviera algún virus tóxico.

—Natasha, María y Pepper están en una reunión con la ONU, Sam está visitando a Bucky y Steve y Wanda lo acompaño, Scott y Clint están visitando a sus familias y Visión me da algo de miedo. ¡Ah! Y Jane está en el ginecólogo.

—No la voy a cuidar.

Peter le miró con seriedad. Tanta que no parecía propia de un joven de su edad. Con severidad, una que hasta a Tony hizo temblar, él ordenó: —Sí, sí lo harás. VIERNES te dirá donde está todo y te ayudará con tus dudas. ¿Verdad, VIERNES?

—Así es, señor. Yo me encargaré de cualquier duda y cualquier cosa que que necesite. —dijo la voz femenina de la I.A.

—Listo, ahí lo tienes. Adiós. —dijo Peter, empezando a tomar camino hacia el ascensor. Tony acerco a Eleanor un poco más a él y la sostuvo contra su pecho, siguiendo a Peter como un perro faldero y temeroso de que la bebé cayera— Hay papillas en la nevera, no le des la de brócoli, no le gusta. Hay biberón y cereal con leche, tambien, está congelado, solo debes calentarlo por si le da hambre. Sospecho que sabes cambiar un pañal, es más fácil que construir una armadura así que no deberías quejarte. Es muy risueña, solo llora cuando verdaderamente necesita tu atención.

—Peter, no, no, yo no puedo hacerme cargo de ella.

—Sí. Pudiste convencer a un arrogante y testarudo capitán de firmar unos acuerdos que iban en contra de cualquiera de sus leyes de moral, cuidar a una bebé no será gran cosa.

Y las puertas del ascensor cerraron y Peter se hanía marchado y lo había dejado solo. Completamente solo en un edificio vacío, con una I.A. parlanchina y una bebé que llenaba el lugar con el sonido de su risa.

Se dio apoyo a sí mismo. Era un filántropo, un billonario, un playboy… Podía hacer esto. Podía hacer esto todo el día.

Al menos fué así hasta que tuvo que encerrarse en su laboratorio como hacía todos los días para trabajar y tuvo que llevar a la bebé con él.

—Okey, pulga —Tony se agachó en frente del coche donde movía a la bebé por toda la torre. Ella le miró con sus grandes ojos marrones—, el tío Tony va a estar ocupada haciendo cosas de genio así que… Quédate ahí.

Ella le sonrió con sus pequeños dientecitos. Tony trató de actuar como si eso no le hubiese enternecido en lo absoluto.

Pasó gran parte de su día allí, arreglando algunos de sus experimentos y oyendo a Eleanor reír.

En menos de unas pocas horas, todos los juguetes, accesorios y objetos para la bebé estaban en el laboratorio. Eleanor ahora estaba sentada en una cama improvisada que Tony había hecho en el suelo, rodeadada de peluches y de almohadas.

—Así que… —Tony miró hacia la pequeñita. Tenía un marcador en la mano y una pizarra acrílica detrás de él— Supongamos que eres mayor de edad y una superheroína y debes elegir un bando. Todos los puntos han sido planteados y no serás juzgada por la decisión que tomes, así que… ¿Serías parte del equipo Iron Man o el equipo Capitán América?

—Ehm… ¿Señor? —Interrumpió la voz de la I.A.

—Papi está ocupado, cariño.

—El señor Wilson acaba de llegar.

El humor de Tony se esfumó con rapidez. Era cierto, no quería quedarse a solas con la bebé. Estaba aterrado de que algo pasara y no pudiera controlarlo. Pero Eleanor, con sus ojos grandes de color marrón y sus risitas hacían que se sintiera tibio dentro de él.

Wade llegó al laboratorio al cabo de unos pocos segundos. Eleanor le vio llegar y rió y estiró sus brazos hacia su padre.

—Hola, pequeñita. —Saludó con alegría el ex mercenario, quitándose la máscara y sonriendo hacia su pequeña niña— ¿Te portaste bien con el tío Tony?

—Sí, sí, no hizo mucho. Le cambié el pañal y estuvo tranquila mientras hacía experimentos. —murmuró Tony, tratando de esconder su desilusión ante el hecho de que ya no tendría más tiempo con la bebé— De hecho, estaba calentando uno de sus biberones para alimentarla y tal vez jugar un rato… Pero… Ya no importa…

Wade tomó a la bebé entre sus brazos y miró con los ojos entrecerrados a Tony, el cual borraba su esquema confuso de los acuerdos de Sokovia y suspiraba lentamente.

—Bueno… Thor me dijo que lo ayudara con unas cosas del embarazo de Jane… —Wade se acercó a Tony— Si no tienes problemas con ello, ¿puedes cuidarla un rato más?

Los ojos de Tony recobraron su brillo y aunque trató de esconder una sonrisa, Wade pudo notarla. Cargó a la bebé entre sus brazos y dijo, tratando de sonar desinteresado: —Sí, puedo cuidarla unas horas más… No es tan difícil…

Wade asintió y tomó camino hacia las afueras del laboratorio y volteó a mirar sonriente a Tony, que sostenía a Eleanor entre sus brazos y le sonreía con felicidad.

Let's Have a Baby!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora