Capitulo VII

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Anika subió a su habitación con los ojos llenos de lágrimas, pero no logro llegar a ella, en cambio dio un giro hacia el otro lado y tomo unas escaleras que daban a una torre, ahí se guardaban muchas cosas que ya no se utilizaban en el castillo y entre eso había cosas de su madre, no podía detener las lágrima, no entendía porque carajos se sentía así solo por el desplante de ese estúpido de McKenna, estuvo un buen rato acurrucada entre ropas y algunas cobijas viejas llorando hasta quedarse dormida.

Se despertó con los primeros rayos del sol entraban por la ventana y le pegaban en el rostro, se estiro, estaba un poco adolorida por el lugar en el que se había quedado dormida, si con todo lo que había pasado antes cuando dio la noticia no quería ver a nadie en definitiva su humor de hoy era mil veces peor, bajo de la torre y se dirigió a su habitación, se cambió las ropas y se escabullo fuera del castillo, apenas se escuchaban algunos ruidos de las personas que se iban levantando pero no se topó con nadie y comenzó a caminar eso despejaría su mente, no quería pensar en nada ni en nadie.

Estuvo caminando por el bosque gran parte de la mañana y al darle hambre se dirigió a la posada del pueblo en donde comió y platico con la hija del dueño una chica muy linda y amable, al terminar paso por el mercadillo y fisgoneo un poco, al final no compro nada.

Ya era tarde aunque aún no oscurecía, al terminar el camino del pueblo atravesó las alboradas para dirigirse al castillo, ya acercándose noto a varios de los guerreros McDougal que venían del otro camino a todo galope entrando a su hogar, eso se le hizo un poco extraño pero no presto atención, entre tanto alboroto nadie noto su presencia así que entrando por las cocinas que estaban vacías, tomo una manzana y se dirigió a su habitación, no se escuchaba ningún ruido adentro eso raro, siempre había alguien deambulando por el palacio.

Se lavó la cara, se cambió las ropas y se sentó en el descanso de la ventana mientras tranquilamente se comía su manzana, toda esa actividad en el día la tranquilizo y volvía a poner una pequeña sonrisa en su rostro.

Después de un rato noto a Kieran, Nathan, Duncan y Miles en el patio trasero, su amigo no dejaba de dar vueltas mientras Miles hablaba con él, los dos hermanos estaban muy serios, Kieran se veía realmente nervioso eso la preocupo mucho y dando un pequeño salto salió corriendo hacia la puerta principal, paso entre algunos hombres que la vieron estupefactos y dio la vuelta hacia el patio donde estaban unos momentos antes los 4 muchachos.

- ¿Kieran que pasa? -grito Anika al divisarlos aun un poco lejos, iba jadeando por tanto correr, los cuatro la miraron sorprendidos

-Ahora si te mato -grito Kieran muy enojado

-Tranquilo primo debe haber una explicación, no te pongas así-dijo Miles preocupado, sabía que él no se mediría con la chica.

Kieran desenvaino su espada y eso puso alerta a los hermanos McKenna, ¿que pretendía el muchacho? ¿Asustarla por lo que había hecho? Anika se quedó paralizada viendo a su amigo con esa cara, Nathan que era el más cercano tardó en reaccionar cuando la chica le quito la espada, era muy hábil para tomar cosas.

Kieran con el ceño fruncido se le acerco y la amenazo con la espada y comenzaron a dar vueltas midiendo sus movimientos, los hermanos no tenían ni idea de qué hacer ni que decir, cuando intentaron moverse Miles los detuvo, sabía que algo le pasaba a su amiga y que esa era la única forma de descargar sus sentimientos y que mejor que con Kieran, quien nunca le haría daño

- ¿Puedes decirme en donde carajos estabas?

-Salí a caminar-dijo mientras seguían moviéndose

- ¿Todo el día?

-Sí, la mayor parte del día, e hice otras cosas en el pueblo

-Mira Francesita estirada, es momento de que entiendas que no puedes hacer lo que se te venga en gana, tienes que avisar -los gritos de Kieran y los hombres que habían visto pasar a Anika hicieron que las personas comenzaran a acercarse, pero ninguno de los dos se percató del alboroto a su alrededor

Siempre fuiste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora