Capítulo XXIX

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-Despierta dormilona, despierta - Anika le susurro a su hermanita pequeña y la movió suavemente- Vamos Clari, despierta hermanita- la pequeña de las McDougal abrió poco a poco los ojos, estaban rojos de tanto llorar, su rostro estaba pálido y tenía unas grandes ojeras- Hay Clarisse te ves terrible - le dio una amplia sonrisa a lo cual abrió sus ojos muy sorprenda-

-Anika!!!!- Clarisse se abalanzo sobre su hermana, la cual hizo un pequeño quejido, aún estaba un poco lastimada, aunque no le importo, valía la pena ver a su hermanita feliz- cuando llegaste? te hemos extrañado tanto- decía mientras no dejaba de abrazarla y de mojar su cuello con las lágrimas que soltaba, Aní le acaricio el cabello suavemente para tranquilizarla-

-Hemos llegado hace unos minutos corazón y obvio lo primero que hice fue venir a verte hermanita-

- ¿Cómo estás? - se enderezo para ver a su hermana mayor a la cara la cual sonrió tranquilizándola-

-Estoy mucho mejor hermosa, así que ahora me toca cuidarte ¿está bien? ¿qué es eso que no has estado comiendo bien?

-Es que estaba tan triste- se encogió de hombros

De repente la puerta se abrió golpeando contra la pared

-Anika!

- ¡Padre, Mary Hola!

Los dos se acercaron a la chica que se había puesto de pie, Lafayette la abrazo como nunca había hecho en su vida, Anika soltó un fuerte suspiro

- ¿Te lastime cariño?

-No papa no lo hiciste- no podía creer que está llorando de felicidad, de auténtica felicidad por la forma amorosa en que su padre la había abrazado y la forma en que la llamo cariño- todo está bien

Marie acaricio su brazo para luego abrazarla también, ella al igual que su hermanita tenía ojeras y los ojos rojos, había pasado muchas noches en vela esperan a que su hijastra regresará sana y salva.

-Mon petit fille, todo esto fue mi culpa, lo siento tanto -y su madrastra volvió a llorar abrazando a esa chica que quería como si fuera su propia hija- enserio lo siento, si hubiera hecho algo más severo con mi sobrino en su momento, esto no habría pasado - Anika la abrazo y comenzó a tranquilizarla

-Mary no pasa nada, estoy estaba en mi destino y sabes cuánto creo en estas cosas, iba a pasar de una forma u otra así que tranquilas, tranquilos todos -volteó a ver a su hermanita y apretó la mano de su padre- aquí estoy y no pienso irme a ningún lado, ahora, límpiense esas lágrimas y desayunemos algo que enserio tengo mucha hambre

-Tú, siempre tienes hambre hermana

-Cierto -y comenzaron a reír rompiendo la tensión del momento-

Poco a poco iba viendo como su madrastra y su hermanita iban recuperando el color en sus mejillas, e iban sonriendo más con ella a su lado, aunque sus ánimos iban decayendo poco a poco, ya había pasado una semana y aún no recibía respuesta a su carta, sólo quería saber cómo estaba Duncan, pero no había noticias.

- ¿Cómo te encuentras?

-Bien Kieran ¿porque?

-Es sólo que es extraño verte aquí -Anika lo miró con cara de extrañeza- cuando eras niña y te entraban tus momentos melancólicos como solías decirme, venias aquí y te sentadas por horas sólo a mecerte en este viejo columpio -se paró tras de ella y la comenzó a empujar suavemente

-Estoy bien, es solo que me siento un poco abrumada por todas las atenciones y estar constantemente vigilada, ¿si sabias que mi padre no mis padres han puesto guardias a cuidarme y seguirme por cada rincón de nuestras tierras? eso me desespera y mucho

Siempre fuiste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora