Anika abrió los ojos lentamente, le costaba trabajo respirar, sentía como con cada inhalación le dolía todo el cuerpo, giro su cabeza hacia su izquierda y vio que alguien estaba sentado a su lado luego volvió a caer en un profundo sueño.
Un pequeño rayo de luz se coló entre las cortinas directo en el rostro de la joven McDougal, eso y el ruido que alguien hizo al tropezar en su habitación fue lo que la despertó.
-Hola- dijo muy débilmente y un poco ronca
- ¿Hola hermanita, como te sientes?
- ¿Que paso? - apenas podía abrir los ojos, pero hizo un gran esfuerzo y vio a Briana junto a su cama quien ahora le sostenía la mano, también noto uno de los pequeños sillones a un costado con una cobija en el
- Ay Aní, más bien que no paso, necesitas reposar cuando te sientas mejor te contaremos todo ¿sí?
-mmm- solo murmuro- Agua, me das agua
Su hermana le acerco un vaso y le ayudo a beber un poco de agua, luego se sentó a su lado y comenzó a acariciarle el cabello, eso hacia siempre su madre cuando se sentían mal y las reconfortaba mucho, la chica volvió a quedarse dormida.
El sol se había ocultado nuevamente cuando Anika se despertó exaltada y con lágrimas en los ojos, había tenido una pesadilla, pero no recordaba bien que era lo que había soñado.
-Tranquila todo está bien, aquí estoy contigo
Cuando vio quien era la persona que le hablaba se sorprendió mucho, pero también se sintió muy tranquila, Duncan se paró del sillón y se acercó a ella, con el dorso de su mano le seco las lágrimas y acaricio su rostro.
-Sólo fue una pesadilla- le acerco un vaso con agua y la ayudo a que se acomodara nuevamente en la cama, cuando él se disponía a retirarse, Anika junto todas sus fuerzas para sostenerlo de la orilla de su camisa
-No te vayas- logro decir
-No me iré, no me pienso mover hasta que empieces a molestarme otra vez- soltó una pequeña risa
Con ojos suplicantes la chica lo miro y se hizo a un lado para hacerle espacio en la cama, ella sabía que no era apropiado, pero algo en su interior la hacía sentirse segura junto a él.
Duncan se quitó las botas y se acomodó junto a Anika quien no dudó ni un segundo en acomodarse en su brazo, tal vez era demasiada cercanía y más para ellos que habían jurado separarse, pero él no podía evitarlo necesitaba protegerla, así que la rodeo con sus brazos y la atrajo aún más cerca y le dio un beso en la cabeza.
-Todo estará bien, prometo protegerte cueste lo que cueste.
Y así en los brazos de su prometido dejo ir las pesadillas y volvió a dormir.
- Buenos días Aní veo que ya estas mejor- dijo Bri mientras entraba a la habitación de su hermana, quien estaba sentada en la orilla de su cama- ¿todo bien?-Sí, eso creo-dudo unos segundos- ¿Brie?
- ¿Si, dime?
-Tengo hambre- su hermana soltó una estruendosa carcajada y se acercó a abrazarla
-Enseguida pediré que te suban algo de comer y una tina para que te des un baño ¿sí?
- Gracias, mmm ¿Brie? - su hermana volteo a verla- ¿Dónde está Duncan? - con una amplia sonrisa su hermana se acercó nuevamente a ella
-Esta con Nathan, un par de veces al día vengo a verte para que el visite a su hermano, pero no te preocupes no tardara en regresar Diana no se separa del joven McKenna así que está muy bien cuidado al igual que tú.
Después del desayuno y de un baño caliente Briana ayudo a su hermana a cambiarse y regreso a su cama, aun no se sentía con muchas fuerzas. Poco después de que su hermana mayor se marchara regreso Duncan
-Buenos días, ¿cómo te sientes hoy?
-Me siento mejor
-Me alegra mucho
- ¿Dun?
- ¿Sí, que pasa?
- ¿Que sucedió esa noche?
- ¿No recuerdas nada?
-No o al menos no mucho.
Duncan se sentó en la cama de Anika y puso su mano sobre sus piernas que estaban cubiertas con el cobertor.
-Cuando llegamos había muchas personas ayudando, pero aun así el fuego se había propagado mucho, Tú y Nathan estaban en el granero donde había iniciado el fuego y donde ya casi se había extinguido aunque la estructura quedo muy mal, estábamos con tus hermanas cuando escuchamos un ruido muy fuerte, las vigas del granero se vencieron y todo se vino abajo -Anika miraba fijamente a Duncan aunque también estaba muy al pendiente de cómo le acariciaba las piernas mientras hablaba, ese gesto le agrado aunque también se sentía confundía al no recordar casi nada de lo que él le contaba- Salvaste a Nathan, dice que cuando todo paso tú lo empujaste poniendo tu propia vida en juego, por suerte no les paso nada a ninguno de los dos, siempre estaré agradecido por tu acto Anika, salvaste a mi hermano Gracias.
-Yo- no pudo decir nada, pero si se estiro y tomo su mano- Gracias por cuidarme estos días- él se soltó de su agarre y con las dos manos sostuvo su rostro acariciándola, cerró los ojos y se dejó llevar por sus caricias, por lo que él le hacía sentir.
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Siempre fuiste Tú.
RomanceDespués de dos años de estar alejada de su querida Escocia Anika regresa desde Francia para toparse con una impactante noticia, una de sus primas a quienes ama como hermanas se tiene que casar con el hijo de un amigo de la familia y así unir los laz...