Capítulo XX

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-Podrías dejar de suspirar

- ¿Qué?

-Ves niña ni siquiera le pones atención a tu viejo tío que solo quiere pasar tiempo contigo

-Déjala Owen, no ves que está enamorada y extraña a su hombre

- ¿A su hombre? ¿mujer de que hablas? apenas es una niña y ni siquiera se conocen lo suficiente

Anika estaba roja y estaba intentando no soltar una carcajada por la pelea de sus tíos

-Ya tío, dejare de pensar en Duncan

-Me parece perfecto ahora ¿qué tal si vamos a cabalgar?

Anika llevaba una semana con sus tíos, al día siguiente del "incidente" en la casa de Kieran se había marchado dejando las cosas tranquilas con Duncan por así decirlo ya que le costó mucho dejarlo, después de lo que habían hecho se sentía más unida a él y estar lejos la hacía suspirar por su reencuentro.

Después de una tarde cabalgando con su tío la chica se encontraba en su habitación cuando tocaron a la puerta.

-Hola cariño ¿puedo pasar?

-Claro tía

- ¿Estas disfrutando estos días con nosotros?

-Si - dijo con una gran sonrisa- la verdad es que desde que llegue a escocia ha sido un incidente tras otro que necesitaba un poco de paz

-Oh y ¿así llamas al joven Duncan? ¿un incidente?

-Tía, sabes que no me refiero a él además yo lo llamaría más una casualidad, ¿te conto el tío Owen lo que paso antes de saber que era un Mackenna? - ella negó con la cabeza y así fue como su tía la escucho sin parar de reír.

Sus sobrinas eran la luz de su vida, ellos nunca tuvieron hijos pero eso no los alejo eran una pareja muy unida y esas cuatro chiquillas llenaban su vida de alegría, claro está que entre todas Anika era la que más canas verdes les sacaban ella era tan ocurrente, alegre y traviesa, nunca dejaba de recordar la vez que con tan solo 8 años regreso a casa mientras ellos las visitaban, estaba toda sucia, desarreglada y con el vestido roto pero mantenía una enorme sonrisa porque su tío Owen le había estado enseñando a usar una espada y a pelear, después de regañar a su marido y de dejar que ha escondidas la siguiera entrenando pensó que nunca llegaría el día en que alguien verdaderamente le siguiera el paso y que la mereciera.

-Bueno hija ya casi es hora de la cena y tenemos que hablar de cosas serias

- ¿Qué pasa? - se asustó Anika-

- ¿Ya arreglaron la fecha de su matrimonio?

-No, han pasado tantas cosas como ahora ya sabes que no hemos hablado de ese tema

-Bueno mi niña ya que tu madre no está aquí antes de morir nuestra querida Isobel me hizo prometer le que me encargaría de ustedes y creo que esto es parte de mi deber, tenemos que hablar de la noche de bodas - Anika casi se atraganta cuando su tía menciono "La noche de bodas"

- ¿Mama te hizo prometer que nos hablarías de eso?

-Claro que no, dudo que por la cabeza de tu tía pasara ese tema

-De mama la cabeza de mama sabes que nunca los he llamado tíos ni lo haré - y le guiño un ojo, su tía Isobel McDougal la había acogido como propia cuando llego a su lado y había sido una madre amorosa, aun sentía su presencia por la casa y en su vida

-Bueno deja que termine, cuando te cases cariño hay obligaciones que tienes como esposa y entre ellas está la de satisfacer a tu hombre en su alcoba - Aní escuchaba anonadada lo que su tía le decía- tal vez al principio estarás muy nerviosa cuando estén solos y el comience a ya sabes - dijo nerviosa- comience a tocarte -Anika quería reír y no podía evitar la sonrisa traviesa que tenía en el rostro así que se tapó la boca intentando demostrar que estaba poniendo mucha atención - hay partes de una mujer que son muy sensibles y cuando su esposo las...

Siempre fuiste Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora