Capitulo 17

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Los besos de Niall van tomando potencia con cada segundo, a la par que mis erráticos latidos del corazón. Mi respiración comienza a acelerarse. Debo admitir que estoy excitándome- ¿cómo evitarlo?- pero una parte de mí sigue diciendo que esto está mal.

Quizá no debería añadirme más presión. Aún no puedo quitarme de la cabeza las imágenes de lo que sucedió con Harry y… simplemente no creo que sea correcto. Y no sé si lo soportaré.

Colocando mis manos en sus hombros, ahora descubiertos pues en algún momento perdió su camiseta, lo alejo de mí. No puedo pensar con claridad si me está besando.

─Amor, espera─ digo entre jadeos.─ Tengo que preparar la cena a los muchachos y además… me da un poco de vergüenza, ya sabes…

Él sonríe tiernamente, como si mi comentario le resultase dulce por alguna razón. ¿Por qué, por qué? ¿Por qué es tan bueno? Es demasiado bueno para mí.

─Así que te propongo esto: bajamos, los alimento y cuando estén durmiendo continuamos esto─ suspiro.─ ¿Qué dices?

Él finge meditarlo durante un momento, hasta que pierdo la paciencia.

─¡Niall!─ le apremio. Él solo soríe.

─Está bien─dice finalmente.─ Pero solo porque te amo.

Sonrío ampliamente.

─Y yo a ti─contesto.

─Sí, pero yo más─ abro la boca para contradecirlo, pero luego la cierro.

Yo le engañé… así que probablemente él me ame más. Es lógico. Duele admitirlo, pero si amas a alguien no sientes cosas por otras personas. Y sé que él jamás me engañaría.

Niall ignora completamente mi momento de incertidumbre, pues está colocándose su camisa otra vez.

─¿No vienes a alimentar a las mascotas?─ pregunta al notar que no me he movido ni un centímetro.

Me río y me pongo {puti es un malpensado}de pie. Acomodo mis ropas y Niall me da la espalda, flexionando sus rodillas ligeramente.

Suelto una carcajada antes de subirme de caballito a su espalda. Me aferro a su cuello, casi cortándole la respiración pero no se queja.

Cuando cruzamos la puerta deposito un tierno beso en su mejilla que, aunque él no lo sepa, está cargado de “lo siento”s. Porque lo siento. No lo suficiente como para detenerme, pero sí como para sufrir la culpa.

Jamás en mi vida entera pensé que sería capaz de hacer lo que ahora. De hecho, me recuerdo a mí misma diciendo que me daba “asco” la infidelidad. Me doy vergüenza.

Llegamos al pie de las escaleras y veo a los chicos: Louis y Liam están mirando muy entretenidos un partido de Fútbol en el sofá de la sala. En cambio, Zayn y Harry juegan a las cartas en la mesa, mientras esperan la cena, supongo.

Al pasar, este último me mira significativamente y me regala una sonrisa pícara. Yo me sonrojo levemente, porque sé qué recuerdos están atravesando su mente en este preciso momento.

Le respondo con una sonrisa tímida antes de perderlo de vista. Por suerte nadie se percató de nuestro silencioso intercambio.

En la cocina, le digo a Niall que me deje sola con la excusa de querer concentrarme en cocinar. En realidad, solo necesito un momento para mí misma.

En cuanto mi novio abandona la habitación, suspiro. Estoy cansada de esta situación y prácticamente no ha iniciado. Extraño, ¿verdad?

Cansada o no, no puedo negar que las miradas traviesas de Harry causan estragos en mí. Siento escalofríos y cosquillas en la espalda, un ardor en el vientre y, por supuesto, el calor en las mejillas.

No es que no sienta cosas similares por Niall, porque las siento, pero esto es diferente. Supongo que esa diferencia radica en la adrenalina de lo prohibido.

Aún sigo considerándome a mí misma una puta y lo seguiré haciendo hasta que muera. Lo soy.

Me decido por preparar una de mis especialidades: tarta de espinaca y queso. Y debo de haberla hecho muy bien, a juzgar por la velocidad en la que se reduce hasta desaparecer.

Liam, quien no es precisamente el que más come de los cinco, dice:

─Dios, ______. Cada día me enamoro más de ti.

Me carcajeo. Harry, que se encuentra sentado a mi derecha, toma mi mano y me jala hasta sentarme en su regazo.

─Es cierto. Si sigues así no nos iremos nunca─ añade y deposita un casto beso en mis labios.

Me río de su comentario, pero la verdad es que me preocupa. ¿Qué sucedería si ellos se quedaran por alguna razón? ¿Me vería obligada a vivir mintiendo? La única ancla que me mantiene en tierra es la idea de que “solo son tres meses”. Sin esa afirmación repitiéndose una y otra vez en mi cabeza, me perdería en un océano depresivo.

Odio mentir… pero más odio mentir a Niall. Porque él jamás se lo merecerá.

Mi novio se pone de pie y se acerca a donde Harry sigue monopolizando mi atención con su estúpida y hermosa sonrisa. Tomándome delicadamente por la cintura, me obliga a ponerme de pie. Luego, rápidamente y provocando un gritito de sorpresa de mí parte, me alza en sus brazos.

─Claro, claro. Sí me disculpan, mi novia y yo─ dice remarcando las palabras “mi novia”─ tenemos un asunto pendiente. ¿No es cierto, cariño?

─Niall…─ me quejo, sonrojándome hasta la coronilla.

Sin hacerme caso comienza a alejarse de los chicos, que se ríen por lo bajo.

─No nos esperen despiertos─ murmura antes de dirigirse hacia las escaleras que conducen a la habitación.

─¡Dejen los trastos en el lavabo luego los fregaré!─ grito, pero ya los perdí de vista.

Instantáneamente después de cerrar la puerta, Niall me recuesta en la cama y se quita la camiseta. Me besa hambrientamente, mientras sus manos me recorren el cuerpo inquietamente.

─Hoy sí que estás ansioso─ digo.

Él se ríe, con esa hermosa risa que tanto adoro. Luego su mirada se transforma, y con picardía murmura:

─Ni te lo imaginas.

Un Novio & Cuatro Amantes (One Direction & Tu *HOT*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora