1. ¿Y si...?

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Yoongi estaba a punto de terminar su tercer cigarrillo del día. Era lo mejor que había logrado. Generalmente, fumaba cerca de 8 cigarrillos, si no estaba componiendo, y ese era un día bueno, pero hoy había logrado un record. El ocaso cerraba y su cajetilla estaba casi completa, sólo 3 cigarrillos era un buen número. Por ahora, su favorito. Suponía que se debía a la persona a su lado, que odiaba con el alma el olor a tabaco, pero estaba a su lado, tarareando, mirando el colorido cielo que iniciaba a anochecer.

-Yoongi

-¿Sí, Jimin?

-¿Podrías explicarme cómo compones?

Yoongi quedó helado. En todos los años que llevaba componiendo, no había pensado si tenía un método, si había algo por seguir, ni siquiera tenía idea de si existía o no una metodología para componer canciones o algo similar. ¿Él tendría una rutina para escribir? Jimin realmente era un idiota. Estaba dudando incluso se su existir por una absurda pregunta que el chico hizo al azar

-No lo sé, Jiminie. Jamás he pensado en eso. Sólo son un montón de ideas sueltas. Al final, me siento a leer las notas y tomar decisiones, botarlas, guardarlas, usarlas. Mira, niño, no es algo que suela pensar, no tengo una metodología con trabajo de grado incluido o algo así.

A Jimin le tomó un corto instante interiorizar la respuesta del pálido fumador compulsivo e ignorar la incomodidad del mayor.

-¿De quién escribes, Yoongi? ¿Es una chica? Seguramente es una novia secreta. Ya no me amas, ¿Verdad? Por eso, has decidido no contarme nada. ¿La conozco? ¿Debería preocuparme porque no la conozco? ¿Es de su ciudad? ¿Llevan mucho tiempo como pareja? ¿Deberé llamarla Noona? ¿Piensa presentármela algún día? ¿Quieres un helado?

A Yoongi la mente se le nubló y se sintió caer por un segundo. ¿De dónde demonios sacaba Jimin tanto aire para formular tantas preguntas al mismo tiempo? Le costó un poco no resbalar en el suelo cuando escuchó la tormenta interrogativa. Sintió que su mente colapsaría si no detenía por un instante los pensamientos volátiles de su dongsaeng. Respiró hondo, en un esfuerzo de no demostrar la frustración contenida y miró hacia el frente, fumando lo poco que le quedaba de cigarrillo y luego aplastando la colilla hasta apagarlo.

-No te interesa una puta mierda, Jimin. Levántate. Vamos a comer pollo.

(...)

Jimin caminaba desde el cuarto de ropa de su cuarto hacia la puerta, de lado a lado, mientras fruncía el ceño y se quejaba tal cual lo haría cualquier niño pequeño.

-No quiso decirme nada. ¿Pueden creerlo? Ni siquiera me pidió que pagara la mitad de la cuenta. Se quedó callado por casi 2 horas y me hizo callar cada vez que intenté aflojar la tensión. ¡Y no me dejó pagar! Me ignoró y no me dejó ayudarle a pagar. ¡No tiene perdón de Dios!

Jimin daba saltos en el lugar, con un comportamiento digno a una rabieta de un niño de 5 años. Jin no podía contener una larga serie de carcajadas con aquella extraña contracción en su pecho que sonaba igual al roce de un vidrio limpio con un trapo húmedo, lo que hizo que Jungkook se le uniera y se revolcara en la cama, mientras Jin golpeaba suavemente su pierna, en un intento de no perder el aire. Jimin les lanzó una almohada, sin suficiente fuerza para lastimarlos, y se sentó en su cama, en espera de que su hyung se calmara y, por ende, Jungkook lo hiciera también.

-Yo pienso que te gusta. Jamás te había preocupado si escribía o no por alguien, y muchísimo menos una comida gratis. Sólo relájate y deja que las cosas mejoren. Sabes que Suga suele ser difícil de descifrar.

-Hyung, ew. No me gusta Suga hyung. Él es mi amigo y quiero que él esté bien todo el tiempo. Es así con todos, me preocupo por ustedes y ya está. Además, yo no quería pollo, yo quería helado y tus rollitos de carne en salsa.

El puchero de Jimin conmovió un poco al mayor, que rió con suavidad y se levantó, besó su frente y acarició su cabello.

-Déjalo pasar. Suga debe estar peleando consigo mismo en este instante por haberte ignorado mientras estaban juntos. Déjalo tomar su tiempo y reflexionar. Y, déjame saber si necesitas algo.

Jin caminó a la puerta y cerró esta, no sin antes lanzarle un condón rosa a Jimin a la cara, con lo que Jungkook intensificó su risa y Jimin se lanzó, con frustración sobre el menor, dándole golpes a los costados, contagiándose de su risa. Pronto, las risas cesaron y un silencio se instaló con lentitud, el cual no duró más que 7 segundos, antes de que se dirigiesen la palabra.

-Jimin.

-Dime, Kuko-kuko.-Imita Jimin juguetonamente-.

-Si vas a insultarme, guardaré mis ideas lejos y, de paso, le cuento todo esto a Yoongi hyung.

Jimin rodó con agilidad hacia Jungkook, manteniéndolo en su lugar sobre la cama.

-Kookie, dilo ya, maldita sea.

Jungkook soltó suaves carcajadas y lanzó al suelo a su mayor.

-Podrías revisar el estudio de Suga, tal vez tenga algo útil. No lo sé, estuve pensando que, tal vez, habría algo interesante.

Jimin saltó en emoción y se levantó del suelo. Le lanzó un beso a Jungkook y huyó por la puerta, en dirección a la planta superior del edificio, caminando hasta el final del pasillo, a través de una puerta que daba a un corredor con los 3 estudios privados. Recorrió lentamente los estudios, encontrando el de Hoseok a medio cerrar, a Namjoon dormitando en el suyo y, al final, el de Suga. La puerta estaba cerrada y supuso que alguien estaría adentro. Intentó tocar el timbre, pero nadie respondió. Hizo un gran esfuerzo POR recordar algún número especial e hizo una serie de intentos, hasta dar con la clave del portón.

Abrió con lentitud la puerta, encontrando a Suga dormido, sentado en la silla acolchada, con los pies sobre la consola de grabación y una de sus carpetas sobre el rostro. Soltó una risita y tomó una fotografía, con cuidado de no despertarlo. Se acercó a los archivadores y abrió la pestaña superior, buscando entre las carpetas la que tuviera un nombre interesante. Cuando dio con una de su interés, tomó los papeles, leyendo cortamente encabezados y fragmentos a medias. Sólo dio con los papeles del pago de hipoteca de su casa, su contrato, seguro médico, algunas fotografías de niño y una carta a la radio de... ¿ex?

Celebró cortamente y tomó la hoja, posicionándola en la fotocopiadora, para luego sacar la original y guardarla en la carpeta, tal y como estaba. Cerró los cajones, tomó la copia y salió antes de despertar a su hyung. Cuando estuvo fuera, caminó por el pasillo y tocó la puerta del estudio de Namjoon, con intención de despertarle, y le avisó que la cena estaría lista en media hora. Cuando su mayor le respondió, huyó a su cuarto, con una larga lista de personas que debía llamar. 




Relatos de una Musa Perdida♤Yoonmin♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora