16.1. Palabrerías

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Jimin tenía los ojos fijos en el suelo, lo que provocaba que su flequillo cayera sobre sus ojos.

-Jimin, ¿me estás escuchando?

Asintió torpemente y levantó su vista por cortos segundos, encontrando los cálidos y preocupados ojos de Namjoon hyung.

-Lo siento mucho, hyung. Estoy algo... Ido, sí.

El mayor asintió, observando la pálida piel de su compañero, que apenas estaba tomando color tras las semanas de desorden alimenticio, pocas horas de sueño y el maltrato corporal al que había sido expuesto su cuerpo.

-Ya he leído tu lista y he tenido ideas. Sin embargo, quisiera escuchar de tu boca más sobre esto. La verdad, ha sido bastante material y tengo el presentimiento de que, si te escucho, tendré lista la canción muy rápido.

Jimin asiente y se ubica mejor, esta vez con la mirada chocando con los ojos de su hyung.

-Supongo que puedo hacer eso.

-Bien. No es difícil. Dime por qué sientes lo que has escrito.

Jimin lo pensó por largos segundos. Él no había parado ni un segundo a preguntarse qué era lo que le estaba pasando, pero simplemente sucedía y a él le gustaba la dulce sensación y no quería hacer nada para cambiarla ¿Sería eso suficiente?

-No sé, hyung. Es como si algo fuese diferente. Quiero decir, me siento diferente, veo las cosas diferente. No sé qué ha cambiado, pero ahora tengo una sensación cálida, como si de verdad fuese querido y aceptado, como si alguien me mirase como un padre orgulloso y preocupado, aún cuando yo he caído tantas veces. Es un revoltijo bastante extraño.

Jimin no entendía, pero Namjoon sí que lo tenía claro. Era más que consciente de que ese sentimiento de ser amado tenía un procedente bastante peculiar y que, si Jimin fuese más atento, lo vería rápidamente.

-¿Y cómo se siente lo de ser amado?

-Como si yo perteneciera a un lugar, un hogar. Se siente cálido, sobrecogedor, dulce, como si ahí es donde yo tuviera que estar, como parte de mi destino. No sé en donde, pero ahí debo y quiero quedarme.

Namjoon asintió con torpeza al oír esas palabras y se acercó más a su dongsaeng.

-Jiminie, ¿se han ido los otros sentimientos?

-Sí, hyung. De repente, ya no me siento atrapado, me siento tan libre y dócil al futuro. Es una sensación tan única ¿Por qué nadie me dijo que se sentía así?

Namjoon casi suelta una carcajada ante la mirada acusatoria de su menor. Claramente, nadie podría decirle cómo se sentía haber superado un problema, ese no era su trabajo, era algo que su dongsaeng tenía que encontrar por sí mismo.

-Ah, mi pequeño Jiminie-ah. Voy a hacer medio álbum en tu honor.

A Jimin se le escapó una corta y dulce risita, que escondió en el pecho de su hyung mientras este le abrazaba con fuerza.

(...)

Jin tenía la ira a flor de piel. Esta semana había sido bastante mala, llena de sorpresas y, para que las cosas se ajustasen más, llena de regaños y gritos de sus mayores. Jin estaba realmente cansado, frustrado y le costaba más y más mantener una sonrisa en su cara, tras la larga lista de cargas sentimentales que se arremolinaban en su cuerpo.

Por otro lado, Suga estaba realmente iracundo. Estaba sentado entre Taehyung y Namjoon, y Jimin, Jungkook y Hoseok simplemente no estaban en casa ¿Por qué ellos sí que podían huir de esta charla?

-Yoonie.

-¿Qué?

Jin estaba intentando ser paciente, porque sabía mejor que nadie que su dongsaeng se ponía a la defensiva cuando estaba incómodo, pero su semana iba tan mal que le estaba costando horrores mantenerse estable.

-No me digas qué. Respétame, soy mayor que tú. Necesitamos hablar de todo este embrollo.

-¿El qué?

Jin respiró hondo y blanqueó sus ojos por 2 cortos segundos.

-Vamos por algo fácil. ¿Cuándo piensas arreglar las cosas con Hobi?

-Cuando me deje entrar a su cuarto y no me atrape los dedos del pie con la puerta, hyung.

Namjoon no pudo evitar soltar una carcajada, unida a la amplia sonrisa de Taehyung.

-Arréglalo rápido. Siguiente, ¿Por qué besaste a Jungkook?

La cara de asco que puso Suga fue más que suficiente para que Namjoon se fuera hacia un lado en un ataque de carcajadas, mientras Taehyung sentía una incomodidad inmensa al oír eso.

-Hyung, yo no besaría a un niño. Es... Jungkook.

Su cuerpo se removió de asco a la idea, a lo que Jin hyung respondió con una mirada extrañada.

-Pero yo pensé que el águila ya había decidido dónde poner sus huevos.

-Hyung, TaeTae ya lo sabe, puedes dejar la clave para cuando Jimin esté con nosotros.

-Bien. Yo pensé que tú te estabas muriendo por Jimin, Suga. Y yo vi con estos ojos cómo besabas a Jungkook en el patio trasero, justamente ayer.

El drama de Seokjin al hablar, abriendo sus ojos y apuntándose las pupilas, hacía reír con fuerza a sus acompañantes, incluso le sacaba fuertes carcajadas al pálido moreno que se encontrada en medio.

-Ya entiendo. Bien, esta es la cosa. Yo no lo besé, él sólo me levantó del suelo y casi me da con su barbilla en la frente. Nada nuevo, hyung.

Jin asintió, con un tenue rubor en sus mejillas.

-Lamento haber confundido eso, pero es que ¡Yo de verdad quiero que el Yoonmin se haga realidad!

-¿El qué?

-¡El Yoonmin, el Suji!

Suga asintió al entender y sintió sus mejillas palidecer de vergüenza.

-Hyung, sabes que eso no se cumpliría tan fácilmente. Jiminie y yo... Jiminie y yo sólo somos... sólo somos amigos.

El todo de Suga se redujo ante cada palabra, sintiéndose morir al oír aquello en voz alta. Si bien había superado los celos hacía más de 1 año, aún sentía un tenue dolor de no poder demostrarle totalmente el amor que le tenía al ahora rubio dongsaeng.

-En ese caso, sólo arregla las cosas con Hoseok, mantén a Jimin tan feliz como está ahora y termina con los deberes. Siguiente víctima, Namjoon.

-¿Qué? ¿Y yo ahora qué hice?

Jin respiró hondo, antes de tirar del cuerpo de Suga para alejarlo de Namjoon y subirse en sus piernas, tomándolo de la camiseta.

-¡Jamás vuelvas a acercarte así con Jiminie! ¡Tú eres mío! ¡No puedes andar abrazando a todos a mis expensas!

La habitación se llenó de risas explosivas de parte de las personas contiguas, que se unieron a las miradas confusas de 3 personas que recientemente entraban al cuarto. Jin, con las mejillas coloradas, bajó del regazo del menor y saludó en un murmullo a los recién llegados. Jimin, como costumbre, extendió los brazos hacia Suga hyung y éste tomó su cajetilla de cigarrillos y su encendedor, persiguiendo el cuerpo ajeno hacia la azotea, mientras Taehyung se abrazó a Hoseok y Jungkook, exigiéndoles salir de ahí. Namjoon, por su parte, supo que era su momento de seguir a Jin y tener una charla de verdad con respecto al tema, por lo que se decidió por tocar la puerta y esperar pacientemente que esta se abriera. En definitiva, esta iba a ser una de esas malas charlas.

Relatos de una Musa Perdida♤Yoonmin♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora