6.2. Jamás Sabría

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Jimin estaba escondido en las escaleras de emergencia del edificio de BigHit Entertainment. No lo admitiría, pero estaba reteniendo fuertemente los deseos de llorar. Aunque sus amigos le hubiesen dicho que contaba con ellos, Jimin se sentía realmente solo. Jimin estaba agotado, estaba harto, su cuerpo y mente repudiaban la situación que lo rodeaba. Y no encontró algo más certero para alejarse del dolor en medio del alcohol. Jimin, en definitiva, no aprendía de sus errores, no era consciente de los daños, de lo que estaba haciendo con su cuerpo. Jimin detestaba nublarse cuando estaba mal. Sin embargo, se le hizo imposible separarse de la botella, en especial estando en el suelo, en medio de las escaleras de emergencia, huyendo de las cámaras, abrazando aquel pequeño peluche que Suga le había dado en su primer cumpleaños con él.

Su cabeza le daba una y otra vez vueltas a cada mensaje, a cada segundo que vio en esa semana a Suga, a las cortas palabras que pudo compartir con Hoseok para que le explicase qué le pasaba a Suga y, en especial, a la tarde en la terraza, cuando vio a su hyung romperse en mil pedazos sólo con escuchar sus palabras. Jimin sentía sus manos temblar, la botella regar el líquido por el movimiento de su mano y sus ojos escocer. No solo eso, Jimin sentía el dolor de cabeza por aguantar el llanto, un dolor espantoso en su estómago por no comer lo suficiente en la semana y el ardor de las raspaduras que en su cuerpo se hallaban.

Como si no fuera suficiente, su cabeza traicionera lo estaba llevando al borde de todo el desastre, porque en su mente se reproducía una y otra vez la misma escena, Suga lanzando contra la pared todos los recuadros donde se guardaban fotografías de ambos. Los vidrios cayendo, su mayor despotricando en su honor y las lágrimas atestando las suaves mejillas de su pálido amigo. Si Jimin se veía demacrado, Suga se veía mil veces peor. Y, para Jimin, ver a su hyung detestarlo tanto como para tener arranques de ira, había sido suficiente para matarlo por dentro.

Al inicio, Jimin no lo entendió, pero ahí, sentado en una fría escalera, con el corazón estrujado por el dolor acumulado, su cuerpo lo llevo al caos, haciéndolo perder el aire. Jimin sintió que sus pulmones se vaciaron y que había olvidado cómo respirar. De pronto, el ambiente era más oscuro de lo que recordaba, y la realidad se había perdido entre lapsos de alucinaciones. Las escaleras le parecieron más pequeñas de lo que eran y él se sintió frustrado por no poder hacer un movimiento coherente. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no lograba mantenerse a salvo a sí mismo?

Jimin jamás lo sabría, pero, cuando estaba a punto de colapsar y perder su conocimiento, Suga bajaba de la azotea. Suga le había tomado en brazos, lo había acurrucado contra su pecho y lo había hecho respirar bien. Le había tirado encima el líquido de la botella y le bramó que jamás volviera a tomar. Jimin tampoco sabría que Suga lloró contra su almohada cuando volvió a su cuarto, que envió a Taehyung a por él y que esa escena fue un nuevo detonante a los ataques de ira de su hyung. Jimin jamás sabría esto porque él estuvo suficientemente borracho y atacado por el pánico para darse cuenta del dolor que estaba causando a su alrededor.





Sé que dije que no iba a actualizar hasta el martes, but, i use to work under pression asdfghjklñ

Hasta el martes.



Anchor'n Rope

Relatos de una Musa Perdida♤Yoonmin♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora