Una mano tocó la cara inchada de Sofía, abrió los ojos lentamente divisando la figura de una persona enmascarada.
-¿Puedes levantarte?- dijo el hombre extendiéndole su mano cubierta con un guante-.
-S-sí, disculpe, señor, ¿no vendrá usted de la ciudad , no?.- preguntó curiosa, intentando mirar debajo de la máscara que llevaba el misterioso hombre -.
-No, la ciudad de Vercruck es tóxica, fría y no aceptan a personas como yo.- su voz sonaba triste -.
-Yo no quiero vivir allí si mi madre no está conmigo.- tocó su mejilla inchada y roja-.
-No se si me voy a arrepentir de esto, pero puedes vivir conmigo en el bosque, con una condición: no puedes tocarme si no llevo mis guantes, y tampoco podrás mirar bajo mi máscara.- señaló su cara-.
-¿¡Enserio!? ¡Seré muy buena , lo prometo! - apareció una sonrisa en su cara-.
Los dos desconocidos, dieron un paseo por el bosque que estaba a las afueras de Vercruck. Tras una hora caminando, Sofía diviso una pequeña cabaña de madera .
-¿Aqui vive señor?- miró la cabaña con fascinación.
el hombre asintió con la cabeza abriendo la vieja puerta de madera que rechinaba como el sonido de un gato cerca del agua El hombre enmascarado prendió la chimenea rápidamente y acomodó su abrigo negro en la percha de la entrada.
Sofía miraba a todas partes, su casa no se parecía en nada a aquella cabaña hogareña; el olor a hierba silvestres y el tamaño de las dos únicas habitaciones de la dicha le parecían de cuento.
-¡Me encanta!- dijo la pequeña animada-.
-Me alegra, ya que vas a vivir aquí a partir de ahora.
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La maldición.
FantasySofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.
