Sofia y la atractiva mujer subieron las escaleras hacia las habitaciones.
-¿Lo vio por aquí? - la pequeña ralentizó su paso-.
- Claro,está en mi habitación, nos tomamos algo y se quedó allí a esperarme; había bebido mucho.- explicó con una sonrisa la mentirosa mujer-.
Mientras tanto Dash se disponía a buscarla fuera de la habitación cuando llamaron a la puerta.
-Hola , guapetón.- la dama sonrió tras ver la figura del joven enmascarado-.
-Así que antes viste en qué habitación entraba... ¿que quieres ?.- debajo de su mascara una mueca de asco apareció-.
— No se, pasaba por aquí...por si querías recuperar ''algo que te interesaba''.- burlona concluyó-.
- ¿ A que te refieres mujer?- cerro la puerta sacándola del marco de la misma -.
-No sabia que tenías una hija tan encantadora...- dibujó círculos en el pecho de Dash-.
- Deja a Sofia, ¿ donde esta? - agarró la muñeca de la mujer-.
-Si te quitas la mascara...te lo diré -miro sus ojos a través de ella-.- No juegues conmigo... apretó mas la muñeca de la joven-.
- Me estás haciendo daño... ¿será que no quieres volver a verla?.- forcejea intentando soltarse-.
Los ojos de Dash se estaban tornando rojizos ; de sus manos salían garras y su máscara comenzó a romperse .
-Maldita insolente... -Se quita la mascara-.
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La maldición.
FantasíaSofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.