Los cazos y campanas se escucharon cerca de la casa; uno de los cepos caseros había atrapado algo a juzgar por el sonido de la cuerda en tensión.
Dash despertó a Sofía y le tapó la boca, a continuación le pidió silencio y juntos caminaron hasta una ventana para divisar el origen del ruido.
Unas voces sonaba cerca de la puerta :
- Rot, ¿ Estas bien colega? -susurró uno de ellos-.
-Sí,no me imaginaba que alguien pondría trampas en una cabaña tan andrajosa -.
Dash sabía que uno de ellos tenía la pierna dañada y esto les ayudaría a escapar , los dos en completo silencio caminaron hasta la zona trasera de la casa ya preparada. Sofia tropezó con un cuenco de madera.
-Parece que vive alguien Rot - golpeó la puerta-.
¡Abran , la guardia real!- ordenó el otro -.
Dash soltó una palabrota y cogió a Sofía en brazos , abrió la ventana trasera y comenzó a correr tan rápido como pudo.
Sofía se había torcido el tobillo, se quejaba del dolor y la velocidad de Dash, mientras el maldecía ese estúpido cuenco en el suelo.
Mientras tanto, la guardia forzó la puerta; miraron por todas partes al ver la ventana de atrás abierta salieron a perseguir al fugitivo, pero , uno de ellos como estaba herido obstaculizó la persecución, además era de noche y el factor oscuridad jugaba en favor del fugitivo.
Dash sabía dónde pisaba; porque camino era mejor ir en la nocturnidad. Cuando escuchaba algún ruido aligeraba el paso. Sofía no pesaba mucho; era bastante bajita y delgada, no hubo ningún problema en cargarla casi todo el camino.
Llegaron a las orillas de un pequeño lago; se tumbaron en la mullida hierba fresca para descansar.
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La maldición.
FantasiaSofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.