La reina de la cuidad amurallada apretó un ladrillo de sus aposentos , abriendo una puerta secreta.
En esa cámara escondida un universo paralelo se encuentra; los encantamientos de bruja. La reina malvada tenía más de un secreto , que su esposo no debería saber...jamás.
-Dash... gracias por tomarme en brazos.- pronunció avergonzada-.
-Es culpa mía que tu estado no sea el adecuado; eres pequeña para tanta aventura, me preocupa que madures demasiado rápido- contestó sorprendido de si mismo-.
Dash; el hombre maldito preocupándose de una cría que encontró cerca de la muralla de Velcruck le preocupa. Nada estaba claro, no sabía que le estaba pasando.
Él sabía que no podía sentir emociones humanas; una maldición tan poderosa como su odio hacia la reina.
Interrumpió sus pensamiento Selfire que se adelantó corriendo para hablar con Sofia.
Dash sabía que sus ojos respiraban en su nuca. No sabía que intenciones tenía el muchacho pero debía vigilarlo de cerca no solo por su bien...si no por el de la niña.
El Molinero se acercó a Dash con un aire de tranquilidad devastador.
-Voy a echar demenos mi hogar... es duro separarse de lo que conoces y que en poco tiempo te conviertas en un fugitivo por acoger a personas que lo necesitan. ¿Este es el precio que debe pagar una buena persona?- preguntó para no ser contestado-.
-Nosotros te metimos en esto; no debimos habernos parado allí...esto era lo último que quería para ti. Un amigo mío; desde hace bastante tiempo, me traicionó y si no hubiera sido por tu hospitalidad habría sucumbido a mi maldición, te lo agradezco Luck- tocó la espalda del anciano-.
- Aunque pasamos muchas noches tomando vino, nunca habías dicho nada parecido, realmente me hace muy feliz, Dash. Debe ser duro tener la carga que llevas en tus hombros y cuidar a una niña que no es tuya, admiro tu valor- lo miró con c ternura-.
-Ella...estaba tan sola y herida como yo.- pronunció.
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La maldición.
FantasySofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.
