Dash todavía no entendía como Sofía no se había contagiado con la mortal enfermedad, era un milagro fuera de lo explicable.
Los jóvenes eran los primeros en contagiarse de aquellos síntomas, mientras que la chica estaba sanisima.
Más tarde supo que el pueblo donde anteriormente Sofía había vivido sus primeros 7 años de vida desapareció ; no quedaba nadie con vida.
Sofía preguntaba a diario si sabía buenas nuevas sobre su madre o sus compañeros del colegio y Dash no podía decirle la verdad sin dañarla, asi que optó por la mentira para protegerla de la realidad fuera de esas paredes de madera.
Sofía, buscaba siempre tareas nuevas que hacer mientras Dash salía en busca de alimentos , se encargaba de ; limpiar el suelo con un trapo húmedo, fregar los platos con agua del pozo que a unos 10 minutos a pie encontraba y leer libros de los estantes del salón. Había tanto que leer que nunca estaba aburrida, además, esos libros tan complejos le producían dolor de cabeza ya que cada 5 minutos le preguntaba a Dash el significado de aquellas palabras que no entendía, que a veces, eran hasta una oración.
Por las noches, Sofía se encargaba de poner la leña en el fuego y calentar la ropa que Dash tendía antes de salir .Si llovía, por el contrario, se dejaban en un recipiente hondo hasta que el sol volvía a resplandecer.
En el cuarto de Sofía había una mullida cama de paja con una mesita pequeña de madera donde guardaba el libro que intentaba comprender y una lámpara de aceite dorada.
-Descansa Sofía- apago la lámpara -.
-Buenas noches Dashi- bostezo-.
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La maldición.
FantasySofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.
