Varios kilómetros a pie; Sofía y su madre llegaron a la imponente muralla de ladrillo oscurecido.
Se notaban las múltiples guerras que la muralla había vivido,pero, aquello, no le quitaba su carácter intimidante.
-sofía-dijo la madre mirándola preocupada-.
-Mama... ¿aquí vamos a vivir a partir de ahora ?- intento que su tono de voz fuera calmado-.
-Lo siento cariño, yo no puedo ir contigo- una lágrima le salió de los ojos -.
-¿¡No , por qué!?, ¡Mamá no me dejes sola, por favor!... ¡Prometo limpiar bien mi cuenco de comida ; te juro que haré la cama sin ningún bulto, pero no me dejes mamá!-agarro a su madre de las telas que la vestían -.
-Sofía, mi cuerpo a empezado a flaquear, no puedo ir contigo...yo...- un manto de lágrimas cubrió sus ojos -.
-No puede ser...- observó los puntos negros que su madre tenía en el brazo-.
-Cariño tengo que irme, no puedo quedarme aquí...si me ven contigo no podrás entrar en la ciudad. No te preocupes por mí , seguro volvemos a vernos - intento quitarle el miedo a la pequeña-.
Sofía, no soltaba a su madre, en un intento de separarse de ella brindó un golpe a la pequeña en la mejilla tan fuerte que cayó al suelo y no volvió a levantarse.Su madre aprovechó para marcharse no sin antes decir que la amaba.
A los pies de la muralla sentía la tierra húmeda en su cara; blanda y tibia...se durmió.
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La maldición.
FantastikSofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.