-Disculpen, venimos a por la niña, necesita asistir a una escuela.- pronunció una de las 3 monjas con rectitud y severidad-.
Dash con una actitud divertida abrió la puerta en su totalidad invitándolas a entrar a la sala de estar .
-¿Usted es el tutor de la joven?.-preguntó la misma monja delgada y con cara afilada entre las otras dos-.
-Así es, ella esta a mi cargo, podríamos decir que es mi aprendiz-. Se sentó en el viejo sillón cruzando sus largas piernas-.
-¿Aprendiz?, ¿En esas artes macabras que dicen curar al pueblo?, sandeces-. Se cruza de brazos-.
Las otras dos monjas ; una entrada en carnes con rostro afable, miraba temerosa la máscara que Dash llevaba, mientras que la otra miraba al suelo ; un rostro joven y finos mechones rubios rebeldes se dejan ver.
-Entiendo bien, que quieran darle una educación a los jóvenes, pero, no me parece que sea la adecuada para mi...aprendiz, tengo derecho a elegir que quiero que aprenda y que no.- explica -.
-¿¡Pero quien se ha creído que es usted para rechazar la mejor educación que va a encontrar en este pueblo?!.- la monja con rasgos puntiagudos se levanta indignada-.
-Vosotras sois las que habéis interrumpido en mi casa para intentar adoctrinar a mi aprendiz , ¿ quien crees que eres tú?.-
- Usted es un maldito... ¿como puede ir en contra de las doctrinas? , ¡van a colgarlo , por revolucionario!.-
-No sabía que las monjas pudieran amenazar al pueblo -.
La monja se muerde la lengua , hace un gesto a sus compañeras y se dirigen a la entrada con un enfado feroz.
-Gracias por la visita.- cerró la puerta-.
Sofia escuchó la conversación desde el pasillo ; un escalofrío recorrió su cuerpo , ¿y si iban a por ella? .
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La maldición.
FantasiSofía es espectadora de una epidemia que azota su pueblo, acabando con casi toda la población, su madre, para salvarla, la esconde fuera de las murallas que protegían a los habitantes sanos y fuera de peligro.