Miedos

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Cuando estábamos en su casa, lo había notado algo nervioso y extraño a la vez.

- ¿qué pasa? ¿Estás bien?

- si, ¿por qué no habría de estarlo?

- Es que te noto raro

- no, no es nada es que estaba pensando en cosas del colegio, pero no te preocupes y sigamos viendo la película.

-

- está es una de las mejores escenas de la película.

- 😅😅 si se ve genial, el maquillaje es asombroso

En eso sale una cara diabólica, llena de sangre, algo bastante aterrador.

-

- Wow esa escena estuvo buena

- ya me di cuenta que este tipo de películas no te asustan😏 o si?

- No, Damien! No lo hacen.

- estabas temblando un poquito.

- No, no lo estaba, esa es solo una película, no es la vida real.

- no te da miedo, los fantasmas, ni los personajes diabólicos, ni las películas de terror, ni los insectos, ¿habrá algo a lo que le tengas miedo?

- ammm! Creo que todas las personas tenemos miedos, aunque no lo demostremos, ¿cuales son tus miedos? Pareces no tenerle miedo a nada, siempre eres fuerte, seguro y valiente.

- no, no tengo miedos

- todos tenemos miedos Damian

- dime los tuyos primero😏

- mejor tú primero

- yo te lo pregunte primero.🙄

- ammm! Pues le tengo miedo a...

No sabía qué decirle, no es que no le tengo miedo a nada, soy una chica llena de miedos, le tengo miedo a... el... pero el ya no puede... el ya no está aquí.
Tengo miedo de volver a caer en la oscuridad, de volver a vivir un infierno, del sufrimiento y del dolor, le tengo miedo a mi vida, tengo miedo de que alguien pueda lastimarme, y nadie pueda protegerme.
En ese entonces esos eran mis miedos, pero es obvio que no le iba a contar eso.

- sigo esperando tu respuesta...

- le tengo miedo a las alturas y a la soledad! Tu turno

- yo le tengo miedo a los gatitos!

- es enserio ( rie😂)

- no es gracioso, ellos te atacan

- son tiernos.

- también tengo miedo a perderte para siempre

En ese instante me dio un abrazo y un dulce beso en la frente, luego empezó a acariciarme, pasaba sus manos sobre mi cara, poco a poco esa mano que estaba cerca de mi oreja bajaba, pasaba por mi cuello y seguía bajando cada vez más, sus labios besaban mis hombros.
(Tenía un suéter puesto pero los hombros descubiertos.)
En ese momento cerré mis ojos, y me empecé a poner algo nerviosa

- NO! Basta!

- ¿qué pasa? - respondió Damián

- sabes, es algo tarde, debería irme ya.

- puedes quedarte todo lo que quieras!

- gracias, pero no me siento cómoda aquí, quiero irme.

- pero no tienes a donde ir?

- tengo una pequeña carpa😬

- no puedes dormir ahí, ¿y qué tal si llueve?

- buscaré otro lugar.

- no puedo dejarte ir así

- lo siento tengo que irme!

- Olvida lo qué pasó si!

- Ya debo irme, adiós!

Me fui, no me sentí comoda, ni segura, en ese momento me vinieron cosas que no quería recordar, cosas que quería olvidar, no podía seguir ahí, no era el momento, no sería el momento, no lo era.

No me gusta estar sin mi suéter puesto, nunca me lo quito, nunca, me gusta traerlo puesto todo el tiempo, solo yo de mis razones.

El infierno de MikaelahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora