capitulo 36

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De pronto me desperté,  seguía en el avión,  confusa miré el reloj y la fecha, sí,  estaba de camino a puerto Rico. En los asientos de al lado mi prima y su jevo dormían.

Ya no podía ocultarlo,  seguía enamorada de Noriel,  cada cosa que veía me recordaba a él,  todos los buenos momentos,  incluso cuando estaba con mi prometido pensaba en él.

Desesperada entre en instagram para verle,  le había dejado de seguir así que le busqué de nuevo.  Su última foto,  él estaba vestido de traje,  miré su comentario.

" ¡Feliz!,  ya en pocas horas es la boda🙌💏💍"

¿Qué? No,  no, no... No podía permitirlo.  Estaba inquieta,  desesperada,  me puse a pensar.

Miré en mis contactos,  aun tenía el número de ardilla.  Le llame,  muchas veces hasta que me lo cogió.

-¿Sí?- Preguntó.

- Ardilla,  soy yo, Lucia,  ¡necesito que me digas la dirección de la iglesia donde va Noriel!

- Pero.. .

- ¿ Qué pero ni que carajo?¡ Dímelo! - Respondí histérica.

- Vale,  vale,  te mando la ubicación  - Respondió.

Me mandó un mensaje con la ubicación.

El avión aterrizó y yo salí corriendo de allí.  Mi madre y mi hermano me esperaban.

- ¡Dame las llaves de la guagua! - Dije a mi hermano casi sin respiración.

- ¿ Qué?  ¿ Para qué?- Pregunté confundida.

- Para recuperar a mi hombre.

Las sacó del bolsillo y se las quité de la mano. Seňaló donde estaba el carro y yo fui corriendo.

- Lucía, ¡la maleta! - Oí a mi prima desde lejos pero piché.

Cogí el coche,  manejando a toda velocidad con el GPS.  Al final llegué a la iglesia.

Se escuchaba voces dentro,  así que sin pensármelo dos veces entré y grité :

Noriel no te cases,  ¡te amo! - De pronto miré a mis alrededores,  todo silencioso,  las miradas estaban puestas en mi .  Mire en frente de mí y vi que el que se estaba casando era Santana y Noriel era el padrino y por  su carita parecía que había visto un fantasma .

- ¡Diantre!  Disculpenme,  me equivoqué- Dije avergonzada con una sonrisa tonta en la cara - Me voy mejor,  sí - Dije y salí de la puerta.

Me quedé fuera conteniendo las lágrimas después del ridículo que había hecho.  De pronto Noriel salió,  con esa  sonrisa pícara de siempre.

- Lo siento ,  si quieres que me vaya lo entenderé, de seguro de he fastidiado el día.

El se acercó y me besó.

- No has fastidiado nada,  has hecho que este día sea el mejor de mi vida.

Me volvió a besar.





Amigos y enemigos ( Noriel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora