- Hoy quiero pasarla bien, llévame a algún lado - Le dije susurrando en mi oído.
- Espérame fuera, yo pasaré con el porsche. - Dijo sonriendo.
Uno de sus guardaespaldas me acompaňo fuera. Los fanáticos empezaron a irse del concierto. De pronto el paro en frente mio y me dió un seňal para el que suviera al carro.
- ¿ Prendedomos? - Pregunté.
Lo que hacía estaba mal y quería quitarme la culpa de alguna forma.
Sin decir nada prendió un fili y me lo pasó. Capsuliando en el carro, el humo nos envolvía, ya no había tensión en el ambiente.
- Lucía, te amo- Esa frase salió de sus labios y atravesó mi corazón como una bala de fory.
Fingí que no había oído nada y continúe mirándole. Le cogí la mano y la coloqué en mi pierna, la fui moviendo hasta mis pechos.
- Esto es tuyo - Dije.
El me miró, de arriba abajo. Sus ojos brillaban, yo coloqué mi mano en su pectoral buscando su corazón, latía fuerte.
Paramos en una discoteca. Entramos, él pasó su brazo por mi cintura y me acercó a él.
Entramos, estaba lleno, había un party con cantantes de trap, en ese momento cantaba Almighty.
Cuando acabó la canción pensé en saludar al Almighty.
- Voy a saludar a Almighty - Dije a Noriel.
- No tardes, no quiero perder ni un minuto de esta noche - Dijo agarrando mi brazo.
Yo asentí, me soltó y fui dónde estaban todos los cantantes, allí estaba... Bad bunny...
Me vió, se frito los ojos sorprendido y se acercó a mi. Sin mediar palabra me abrazó.
Después de un rato así y miro a los ojos.
- Has vuelto - Dijo, acariciando mis mejillas.
- Ven conmigo - Le agarré de la mano para que me siguiera.
Fui dónde estaba Noriel.
- ¿Qué hace el aquí? - Preguntó muy enojado y furioso.
- ¿Tienes algún problema? - Preguntó Bad buscando pelea.
- ¡Callense!. - Grité -Sois los hombres que más he querido y no quiero veros así.- Les miré - Vengan conmigo.
Fuimos al baňo sin que nadie se enterara y cerré el pestillo . Primero besé a Noriel, luego a Bad bunny. Los dos besaban muy bien.
- No voy a hacer esto - Dije Noriel.
Yo le miré y me quité mi camisa, le besé el cuello.
- Quédate - Supliqué.
Se quedó y acabó besándose de nuevo. Mientras un me iba desnudando, el otro iba besando todo mi cuerpo. El placer era inmenso. Los dos eran increíbles, lo que no hacía uno el otro sí, sentirlos. Ese día descubrí todo lo que se podía experimentir y disfrutar.
Lo que pasó, pasó, un secreto, mi secreto más guardado.