—Pues sí...algo...—respondí lenta y cuidadosamente.
—Para ser algo, no suena difícil para ustedes... ¿seguros que son estudiantes de Preparatoria, y no de otro curso avanzado?
Esta mujer. Este cabeza de brócoli. Todo estaba yendo de mal en peor debía hacer algo inmediatamente, que una persona sepa más de nosotros que no nos tienen permitido decir, sería un serio y peligroso problema. Me enojé fuertemente en mi mente consiente.
—Eso es todo por ahora, Doris, nuestras clases ya van a empezar —habló confiadamente el muchacho al lado mío.
—Oh, tienes toda la razón —confirmó la secretaria delante nuestro, mirando su reloj en su muñeca izquierda—. Váyanse antes de que no consigan sitio, los veo más tarde.
Eso estuvo cerca. Debo tener más cuidado con lo que hablo y con lo que se aproxime. Sugerí calmadamente para mí misma.
Una vez, estuvimos lejos de la vista penetrante y aterradora de la señora de cabellos claros y algunos de color blanco, mi panorama se agrandó y se puso sobre el chico de cabellos rojos.
Este no se daba cuenta del todo, por lo que dije, quitándole la mirada de encima:
— ¿Sigue ahí?
—No.
— ¿Tienes idea de lo malo que casi nos ocurre por tu culpa? —refunfuñé silenciosamente.
—Por supuesto.
—...Oye, ¿qué te ocurre?—dije fríamente girando mi vista hacia él.
Me encontré con una de esas asquerosas sonrisas que solemos fingir frente al púbico...pero en ese preciso momento, no había nadie excepto nosotros.
—Nada...no es nada... ¿quieres el reporte?
Cambió de tema fácilmente como esquivándolo a propósito. Yo debía cumplir con las órdenes del Jefe, por lo que no discutí el asunto.
—Por supuesto, dímelo —le ordené.
—Nuestro objetivo es vigilar a un chico de nuestra aula, su nombre es Lucas Botterway, su familia es dueña de una empresa de bancos multimillonaria, esconde todo sobre su familia y su vida actual.
— ¿Por qué solo debemos vigilarlo? —inquirí negativamente.
—Según las órdenes, alguien lo ha amenazado de muerte y necesita protección; sus padres están muy ocupados, pero necesitaban a alguien que se infiltrase también en la escuela para mayor protección —respondió sin inmutarse Gabriel.
—En pocas palabras...—añadí mientras detuve mis pasos—...necesita perros guardianes hasta en su lugar de estudio ¿verdad?
— Me temo que sí —concluyó afirmativamente mi opuesto.
Suspiré cansadamente mientras no le quitaba la vista de encima a mi compañero y amigo de trabajo. Ya me había acostumbrado.
Después de todo, hoy estaba vestida con uno de mis mejores vestidos color carmín con toques de peluche color nieve, botas de conjunto y un lindo pero decorativo lazo color rojo fuego, sujeto a mi cuello en forma de collar. Mi pelo se encontraba suelto pero peinado ordenadamente.
Sin contar que llevaba la insignia obligatoria del grupo de la Mafia "The Moon". Un pequeño pin con forma de media luna color blanco o celeste (dependía de cada uno), colgado de mi suave vestido.
Miré exhausta hacia los ojos de frialdad pura de mi hermano. Los cuales, podían reflejar el cielo más claro y despejado para volar; o simplemente reducirlo al fondo más oscuro del mar, alguna vez visto.
Me asustaba de cierta extraña manera, me hacía revolver el estómago. Pero me confundía con su otra expresión de soñador que solía adoptar con los demás, por lo que no podía decidir cual me atemorizaba mucho más.
Seguí caminando volteando la mirada, ya a punto de llegar al salón de clases.
— Oye —dije imprevistamente.
— ¿Qué? —respondió sin mirarme.
— Te ves mejor...cuando no sonríes.
— Y tú, cuando sonríes —replicó mirándome a los ojos fijamente.
—Hablo enserio.
—Y yo —replicó nuevamente.
Ambos no dijimos nada en frente del otro. Pero estaba segura que en cuanto llegáramos a la puerta, responderíamos sin necesitarlo. Así era nuestro idioma.
Nos detuvimos frente a un gran portón de color marrón con una perrilla chica y resbaladiza.
— ¿Debería cambiarme antes?
— Llegaste hace dos minutos, no podemos perder más tiempo, además...—dudó nerviosamente algo sonrojado—, soy el presidente de aula, así que te di un permiso especial para hoy —finalizó su idea.
Tenía que ser...nadie más que él, era capaz de arreglar y desplomar las cosas, antes de una masacre. Manifesté en silencio.
—No te olvides,...—susurré para nosotros, a pesar de no haber nadie a nuestro alrededor.
—...todo esto, es solo...
—...TRABAJO...—declaramos al unísono.
Nos dimos una última vista rápida con la mirada y me dispuse a abrir la puerta. Girando el porche lentamente, contando los segundos.
La abrí.
— Buenos días, profesor, lamento la demora, pero aquí está nuestra compañera ¿podemos pasar? —preguntó Gabriel con su sonrisa.
Yo extrañamente, lo observaba ansiosa.
— Sí, sigan adelante y preséntese Señorita —ordenó el profesor de turno.
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Mafiosa
Mystery / ThrillerDiversión, armas y ser Jefa de una banda de mafiosos, no es lo que cualquiera tiene...menos una adolescente. ¿Te atreves a venir? Entonces ven, te invito con gusto y cortesía. A entrar en mi mundo, mi lugar de origen, mi preciada y adorada "The Moo...