Mafiosa

"CAPÍTULO 8"

— ¿Qué....?

— Porque si lo haces, tienes el derecho a hacerlo antes que llame al Jefe, y si quieres una tregua, no tengo inconvenientes solo deberás pagarme lo necesario y todo se acabará —dije sin inmutarme de mi sitio y sin expresión.

Hubo silencio alrededor nuestro, ningún pájaro vino a cantar, nadie nos interrumpió, No hubo ese viento misterioso de las palabras, lo único que se encontraba era el disimulo de tan peligrosa acción obtenida.

— No haré nada de eso, Jefa —respondió al momento una voz masculina.

Levanté la mirada llena de sorpresa y miedo por el futuro, pero lo único que encontré fue un chico sonriendo de manera cómica y con una expresión tan calmada pero al mismo tiempo seria que pareciese como si dijese: "Que viva la vida estudiantil".

Mi mirada no cambió hasta unos minutos después, donde la expresión ajena se diversificó a una más parecida de desasosiego.

— ¿Por...qué?—mascullé de forma culpable aquellas asquerosas sílabas en su cara.

— ¿Por qué?—recalcó la pregunta, el miembro contrario— Pues no hay una simple resolución para tal cuestión; solo puedo afirmar que esta misión me ha enseñado grandes cosas, y además no pienso irme de esta mafia, hasta culminar mi trabajo de manera limpia —terminó su declaración lleno de confianza y seguridad en cada palabra pronunciada.

—Así que no piensas tomar el caso por ti mismo —determiné de manera objetiva, fijando mí vista en sus ojos azules.

— Se equivoca Jefa, en eso tiene mal gusto —deslizó tales palabras con cierta risa—, no pienso que lo que hagamos está bien, pero...mi vida anterior no tenía un buen sentido para vivir —pronunció, mientras su mirada se dirigía hacia sus pies-, no tenía nadie que me apoyase y mucho menos...alguien en quien confiar.

En cuanto cerró la comisura de sus labios, pude notar como cada vez, podía sentir cierta empatía hacia su historia, ya que extrañamente se parece a la mía. Lo cual me dejó pensando por algunos milisegundos.

Esto no debe ser nada bueno. Pensé en ese momento de tensión y pena.

—Bueno, como sea, entonces...—mencioné en tanto apuntaba su navaja escondida entre su pantalón.

—No hay de qué preocuparse, yo estoy orgulloso de seguirla en sus misiones —comentó mientras hacía una pequeña reverencia con su mano.

—Eres diferente —dije sin percatar lo que había hablado.

Claro que al ver la expresión confundida de Gabriel, di por sentado que de seguro, fue algo muy cursi o extraño, y ahora iba a reírse por tal comentario ridículo.

—Tienes razón Alia —mencionó el chico al lado mío—, pero dime algo... ¿quién la tendría dentro de "The Moon"?

—No...lo sé...