"CAPÍTULO 16"

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Inmediata después de que mi mano dejara su posición, Ted cayó al piso con los ojos casi en blanco y soltando el arma, haciendo todo tipo de muecas.

Mi mirada seguía igual de impasible que siempre, pero aun así una parte de mí, se rehusaba a tal pensamiento y dejaba escapar de vez en cuando una pequeña risita malvada.

Soy tan mala. Me decía constante en mi mente. Pero hay que considerar que él se lo buscó.

La gente a nuestro alrededor, se empezó a alterar más y llamaron a la ambulancia, así como a la policía.

Pero para ese movimiento, yo ya iba un paso adelantado.

Llamé a algunos de mi equipo y les informé de la situación actual:

"Problemas-Policía-Cafetería-ahora"

Y sin dejar una huella. Salí de la escena de manera anónima con un cambio de ropa menos sospechoso. Quise acercarme a Ted, pero algunos enfermeros me lo impidieron.

Por lo que preferí elegir la segunda opción: Dejarle el trabajo a otro de mi parte.

Y así fue como nuestra amigable plática, terminó en un caos total.

Sin embargo, lo había comprobado; al igual que el Jefe, pues, tenía un micrófono conectado a mi chaleco, y se pudo verificar que ya estaba listo.

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