Iniciar cuando no has acabado

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Estaba a punto de mudarme, esperando un nuevo comienzo, rezando por nuevos sentimientos  y creyendo que huyendo podría dejar atrás todo lo que no podía llevar. Cuando terminé de empacar, me di cuenta de una carta que te había escrito tiempo atrás. Al leerla, reviví todo lo que habíamos prometido hacer, recordé todo lo que sentía por ti y rememoré el tacto de tu piel sobre la mía; cada palabra era como un puñal que se clavaba más en mi corazón al leer lo que solíamos ser.  Cuando terminé de leerla no podía sostener el llanto, me daba pena no haberme quedado, de huir como cobarde al perder el primer duelo, me pesaba llorar ahora que las lágrimas no podían arreglar nada. 

Como no podía dejar de pensar, salí a dar un paseo. Sin darme cuenta iba camino a tu casa, paré a la mitad, volteé hacia donde solíamos vernos y me regresé. No podía llegar como si nada, tocar el timbre y anhelar tu llegada. En cuestión de rutina había seguido el mismo camino que me llevaba a ti, pero en mandado del destino seguí otro que nos alejaba. Por fin caí en la cuenta de que ya no éramos dos, que todo se había perdido y que no habría puntos suspensivos. 

Lo siento si rompí la promesa de estar contigo, perdóname si empecé a escuchar nuestra canción con otra persona, espero que puedas perdonar que despierte a lado de alguien más. Perdón si le sonrío a otro rostro, una disculpa si de pronto cambié mi comida favorita, perdóname si le di a alguien más los buenos días. Espero que entiendas que tenía que avanzar, que tenía que soltarte si quería encontrar el final de una historia que no daba para más. Aunque, siendo sinceros, no creo superarte y es que al final somos almas vagando en busca de la historia que nunca concretaron, buscando personas y pidiendo sentimientos que figuren llenarnos. 

Letras creando sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora