Capítulo Intro

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Candy Lidia es una joven de 23 años, recién graduada en Filosofía y Letras, que se casa con el millonario...

Richard, hombre saludable de 60 años y viudo de la bella...

Eleonor la cual le dio dos guapísimos hijos:

Tony, de 20 años y que debido a problemas en su nacimiento, sufre de dislexia; y...

Terry, el mayor con 27 años, piloto de helicóptero y veterano de la guerra afgana; y por lo mismo de instintos: agresivos, violentos y a la vez muy apasiónales. Y quien mantiene una relación con...

Paty, de 25 años, y hermana gemela de...

Ana: ex compañera militar de Terry, y casada con...

Neil, psicólogo y tutor de Tony quien...

... estando en su habitación y rodeado de juegos de aprendizaje, informaba a alguien detrás de la línea telefónica:

– Anoche llegaron al rancho.

– Y... ¿cómo es?

– Muy linda y...

– ¿Vieja? – se había interrumpido toscamente, más le contestaron:

– No, al contrario.

Con esperanza viva, se alentarían:

– Pero, ¿estamos hablando de una mujer como de unos 40, 50 años de edad?

Tony enmudeció porque se distrajo en su juego. Por ende, al no escuchar su respuesta, con paciencia se le preguntaba del otro lado de la línea:

– ¿Tony, sigues ahí?

– Sí, Terry –; a quien se le cuestionaría: – ¿cuándo vendrás a casa?

– No lo tenía estipulado para esta semana, pero...

– ¿Ahora vendrás?

– Sí, hoy mismo parto para allá. ¿Se te ofrece algo de la ciudad?

– No.

– Bueno, Buddy, te veo en un rato.

– ¿Traerás a Paty?

– No lo creo.

– Está bien – se contestó secamente y así se cortó comunicación; pero donde estaba Terry, a éste cuestionaban:

– ¿Ya están allá?

– Sí.

– ¿Qué harás?

– ¡Deshacerme de esa arribista a cómo dé lugar!

– ¿Y no te has puesto a pensar en que pueda estar verdaderamente enamorada de tu padre?

– ¡No digas idioteces, Neil!

– ¿Por qué piensas que lo son? Hay un cincuenta porciento de posibilidad que así sea.

– Y yo me inclino por el cincuenta de dudas, y esas, amigo, pesan más.

Por el modo abrupto que se dejó el asiento, quisieron corroboración:

– Entonces, ¿te vas?

– Sí – se respondió para sonar irónico el que se retiraba al expresar: – ¡Me muero de ansias por conocer a mi... "madrastra"!

. . .

Alright, llegó el turno para ésta, y como las demás espero sea de su atracción. De antemano, gracias, sobretodo a aquellas que día a día me han acompañado. Un honor tenerlas como audiencia, y repito, una amiga fiel en mí. 

Adorable PerversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora