Harry estaba desmayado tras el último e intenso encuentro sexual con el alfa que lo había capturado, entonces notó que alguien lo sacudió y lo llamó con insistencia....—¿Harry?, pequeño despierta... despierta
Este abrió los ojos y ante el vio a un hombre mayor, un beta muy sonriente pero que le observaba con ojos de lástima.
—Hola Harry... menos mal, ¿qué tal te encuentras?—volvió a hablarle.
El omega miró a su alrededor y comprobó con tristeza que aún seguía en aquel horrible sótano.
—Me du-duele todo el cu-cuerpo,..pero, ¿Qui-Quién es usted?.
—Soy el doctor Nick Dante y he venido para atenderte... Al parecer perdiste el conocimiento y no dejabas de sangrar, tu alfa se asustó mucho.
—¿Mi a-alfa?, ¿Có-Cómo que m-mi alfa?— preguntó confuso.
—Louis es tu alfa, ¿No es así?, El dueño de todo esto, él fue quién me llamó.
El ojiverde no entendía nada, ¿cómo era posible que el tal Louis se asustase al ver que no me despertaba y no dejaba de sangrar?, si él mismo lo había provocado.
En todo el tiempo que llevaba retenido allí, el cual desconocía, al empresario no le había importado su estado, por lo que Harry creyó que sería una broma del beta.
Al omega le constaba que el alfa que le había secuestrado era salvaje y cruel, por lo que luego pensó que el médico debía de estar mal de la cabeza.
—¿Puedes incorporarse, Harry?.
Con mucha dificultad este lo hice y entonces vio que en su brazo tenía una vía con dos bolsas enganchadas a ella.
—¿Qué es esto?—preguntó asustado.
—Esto es suero y un calmante, pequeño.... llevas cuatro días inconsciente y Louis se negó a llevarte al hospital, así que por eso yo estoy contigo desde entonces.
—¡Cu-Cuatro días!—exclamó Harry sin poder creerlo.
De repente, se escuchó la puerta del sótano y entonces el médico se estremeció, ya que al parecer el omega no era el único que el tal Louis tenía atemorizado.
—¿Qué tal está el omega, doctor?— dijo una suave voz bajando las escaleras, la cual el omega no identificó.
—Mejor señor Tomlinson, por fin se despertó.
El alfa se acercó a Harry clavándole sus ojos azules como el océano.
—Perfecto, menos mal.
Mientras este hablaba con el doctor, el omega totalmente desconcertado, apreció mejor el cuerpo de este pero cada vez entendía menos lo que ocurría, ya que el alfa no era el mismo ser cruel, musculoso, grande y con los ojos negros, que recordaba.
En la escuela, el ojiverde había escuchado hablar de que los alfas se transformaban con el celo, que sus músculos se desarrollaban y sus colmillos crecían pero entonces recordó que además habían dicho, que existían otros que al parecer eran escasos y muy feroces, los cuales podían llegar a doblar su tamaño y su fuerza durante el celo y casi les era imposible controlarse.
Entonces este lo vio claro pues solo se podía significar una cosa y esa era, que el tal Louis era un pura sangre.
El omega rió por dentro, y que en su estado normal, el alfa parecía inofensivo, incluso hasta se podría decir que se veía delicado, con su traje impoluto una talla más grande pero por el que se podía apreciar un cuerpo muy delineado con curvas y un redondo trasero.
Harry además pudo apreciar unas lindas y suaves facciones, las cuales su pelo lacio con un desigual flequillo adornaba su frente.
Cuando Louis se giró hacia él, el ojiverde pudo apreciar que llevaba una fina barba de pocos días, en definitiva, el alfa no se parecía en nada al temible y enorme alfa que me había agarrado en el callejón de la floristería y que luego había estado abusando de él.
El médico beta finalmente se fue y entonces el alfa volvió a mirar al omega con una desconcertante sonrisa.
—Harry— le dijo al tiempo que se acercaba.
El omega se estremeció haciéndose una bolita pues quería que este se fuera y que volviese el doctor, ya que temía que el alfa volviera a transformarse de nuevo en un bestia y volviese a lastimarlo de nuevo.
—No me toques, por favor... d-deja que me cure al menos unos día más... ten piedad—susurro el ojiverde mientras cerraba sus ojos temiendo más gruñidos y golpes.
—Shsss... no voy a lastimarte más, tranquilo hermoso niño ya pasó—le escuchó hablar—....Puedes recuperarte sin miedo, me asustaste mucho ¿sabes?.... Cuando volví en mí y no te movías, sentí un inmenso miedo que aún no se ha ido del todo.
¿Miedo?, ¿Acaso este monstruo sabrá que es eso?, ¿Acaso tiene sentimientos?—pensó para sí el omega.
—Al parecer es por el lazo que nos une—añadió Louis entristecido—…Lo siento, no pretendía que pasase así.
Harry se tocó el cuello en cuanto el alfa lo mencionó y entonces notó la mordida ya casi cerrada pero palpitante.
—Yo nunca había mordido a ningún omega—habló de nuevo el ojiazul—... jamás había tenido ese instinto pero contigo ha sido diferente.... Lo siento mucho...al parecer estamos unidos y por eso yo siento tu agonía y tu dolor...Eso me ha hecho reaccionar y ver lo terrible que puedo llegar a ser, perdóname.
Mientras escuchaba hablar al alfa frente suya, al ojiverde le pareció estar viviendo un raro sueño y entonces temió que en cualquier momento se despertaría para encontrarse de nuevo en medio de la cruel y macabra pesadilla que llevaba viviendo desde días atrás.
....
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1. El gruñido del alfa.-Larry Stylinson, Omegaverse, Terminada.
FanfictionAdvertencia: Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...