Una semana pasó y el celo de Louis ya no estaba, sin embargo este debía intentar dominar sus instintos pues le estaba tocando el turno al omega quién aún tenía oculto en su sótano y el cual no había podido liberar.
Sabía que el dulce olor de este ya debía impregnar todo lugar pues estaba pasando a la planta baja de su mansión, donde esa mañana, este se había despertado en el sofá, tras quedarse dormido viendo un partido de baloncesto y bebiendo unas cervezas.
Finalmente, el ojiazul decidió ir, ya que quería ver cómo estaba Harry, debido a que su alfa interior se retorcía preocupado pero aunque creyó poder dominarse, en cuando abrió la puerta y bajó las escaleras, su alfa lo azotó ferozmente y su cuerpo tomó el control de él totalmente.
Sus grandes músculos rasgaron su camiseta y el pantalón del pijama, doblando su tamaño y sus colmillos dolieron, agrandándose también, además su mente se nubló y sus ojos se volvieron negros una vez más.
Louis caminó rápidamente hacia el colchón donde el omega luchaba con su celo, febril, debilitado y muy lubricado y rugió arrancando sus ropas, entonces se abalanzó encima del dispuesto omega, quién lo aceptó gustoso en medio de su agonía.
Louis lamió el ardiente cuerpo de Harry, chupando y succionando sus rosados pezones, frotando su polla contra la del omega y cuando ya no pudo soportar más la presión, le abrió las piernas y tras comprobar lo mojado que estaba su agujero, introdujo su miembro, haciendo que este arquease la espalda y abriese su boca lanzando un ahogado grito al aire.
—Aaaayyy...
Louis asestó fuertes y hambrientas estocadas al omega, el cual lejos de resistirse o quejarse como en las demás ocasiones que habían follado pues ahora estaba dócil y muy necesitado.
—Si....si mi alfa, dame más... oooh si, eres enorme aaah... venga más más...—decía entre gemidos el ojiverde.
El escucharlo, aún hizo que el alfa se pusiese más frenético, por lo que incrementó el ritmo, besándolo y lamiendolo con hambre.
Poco después, Harry se corrió en su vientre cuando alcanzó el clímax y acto seguido, Louis sintió su nudo hincharse, entonces volvió a morderlo sin poder evitarlo.
En su clímax Louis una vez más derramó su semilla en el interior del omega, mientras volvía a lamer la herida reabierta para que cicatrizase mucho mejor.
Finalmente, exhaustos los dos permanecieron tumbados en el colchón recuperando sus alientos y normalizando sus pulsaciones, hasta que se quedaron dormidos.
Una hora más tarde, Louis se despertó al sentir al febril omega subirse encima suyo y frotarse contra su polla, la cual permanecía en reposo pero se estaba endureciendo lista para volver a satisfacer el deseo del ardiente ojiverde.
Con gran destreza siguiendo su instinto, Harry introdujo la polla de Louis en su más que dilatado agujero y comenzó entonces a saltar sobre él, metiendo y sacándola de su interior, mientras jadeaba intensamente despertando los instintos feroces del pura sangre.
El ojiazul necesitaba todo de Harry por lo que le sujetó con firmeza la cadera con sus fuertes manos, haciendo presión para que este se encajase totalmente, metiendo así su polla completamente y tocando la próstata del omega para hacerle chillar de placer.
Tras varias estocadas, el joven omega se corrió en el vientre del alfa y poco después, el nudo de Louis se hinchó, volviendo de nuevo a derramarse en el interior de su rehén.
El resto de ese día y del fin de semana que vino después, los extraños amantes se lo pasaron copulando y reponiendo fuerzas entre cópula y cópula, nada más importó en ese momento.
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1. El gruñido del alfa.-Larry Stylinson, Omegaverse, Terminada.
أدب الهواةAdvertencia: Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...