Capítulo 58.

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Con sus ojos marrones percibió el tenue movimiento de los pétalos de las petunias blancas que se encontraban apoyadas contra la lápida de mármol donde, en letra cursiva, se podía leer el nombre del pequeño hijo de Lauren.

Camila aun no sabía cómo se sentía del todo luego de la petición por parte de la anestesista. Aquella fría tarde de otoño ambas habían ido hasta las afueras de la ciudad para visitar el lugar donde, simbólicamente, se encontraban los restos del menor.

- Yo no quería una sepultura. – Confesó Lauren. – Pero Clarisse insistió.

Manteniéndose en silencio la morena acarició con cuidado la espalda alta de la ojiverde.

- Jamás pensé que me enfrentaría a eso... Perder un hijo al que casi ni conocí.

- No me imagino cómo se siente. – Susurró.

- Como una pesadilla. – Se mordió los labios. – Algunas cosas simplemente no tienen sentido.

Con un nudo en la garganta Camila fijó sus ojos en el nublado cielo. Ella tampoco tenía respuesta para tantas cosas que ocurrían... Mucho menos para todas aquellas de las cuales había buscado en algún momento.

- Es difícil llegar asimilar todas las cosas que viviste en tan poco tiempo. – Apuntó la intensivista.

- Ni yo me lo creo a veces.

A medida que los minutos fueron transcurriendo la calma del lugar invadió a las dos. Fue la propia Lauren quien, acomodándose su largo abrigo de color negro, le hizo un gesto con la cabeza para encaminarse hasta el antiguo BMW color negro de Michael Jaureugi.

- Mi padre ya nos debe estar esperando. – Comentó la más alta entrando en el coche.

- Debo admitir que estoy algo nerviosa.

- Pero si ya le conoces. – Sonrió. – Y que yo sepa incluso te ayudó un poco a volver a verme...

- Ya... - Dijo sonrojada. – Y además le has pedido trabajo para mí.

- No lo hice porque fueras mi novia, lo hice porque realmente eres una excelente profesional.

Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la morena quien miró de forma embobada a la chica que iba a su lado izquierdo.

- ¿Soy tu novia? – Picó Camila.

Lauren sofocó una risa fijando sus ojos en la carretera.

- Entonces puedo decir oficialmente que hoy cenaré con mi suegro. – Dijo.

- Claro...

El camino fue tranquilo, y a Camila se le hizo más corto de lo que le había parecido la ida. Sin embargo la morena aún se sentía extraña al saber que en algún momento tendrían volver al hotel donde Lauren y ella se estaban quedando.

- ¿Deberíamos llevarle una botella de vino a tu padre?

- En su casa el alcohol está prohibido. – Hizo una mueca.

- Oh...

- Mi padre, que es un exagerado... Luego de que salí de mi primera rehabilitación él también dejó de beber. – Explicó. – No era realmente necesario.

- Pero él quería apoyarte... De algún modo.

- Lo sé.

- Te quiere... ¿Lo sabes, cierto?

Strangers in the night. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora