Capítulo 14.

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Maratón -> 4/4

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Maratón -> 4/4

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Encogiéndose sobre sí misma intentando que el chaquetón y la bufanda que llevaba aquel día le ayudaran a entrar en calor Lauren volvió a detener sus pasos para detallar desde aquella distancia el hospital base de Alepo.

Aún era temprano por la mañana, pero la ojiverde se preguntaba si Camila ya habría salido de su piso en camino al trabajo.

Durante los días que pasaron luego de la confesión por parte de la morena Lauren había notado nuevamente cómo se habían estado evitando. Le llenaba de tristeza ver cómo Camila siempre parecía estar ocupada hasta el tope, y verse ella misma pasando horas y horas en quirófano para apartar de su mente la imagen de la morena en los brazos de un hombre al cual se había referido como su esposo.

¿Cómo no lo había podido imaginar? Por supuesto, Camila era una chica hermosa, inteligente, divertida y decidida, lo más probable era que alguien ya le hubiera ofrecido un "para siempre" envuelta en un vestido blanco con un increíble baile de boda.

No le dolía que le hubiera ocultado aquello... Quizás al final de todo Camila también tenía sus razones. Ella aún no sabía por qué la intensivista se mantenía en Alepo, ya casi más de un año.

Lo que le dolía era saber que debía detener todo lo que estaba comenzando a sentir por ella. No podían existir más besos, ni bailes bajo las farolas, ni risas cerca de la medianoche. No podía seguir con todo aquello sabiendo que alguien más esperaba a por Camila en Seattle.

- ¡Buenos días Lauren! – Gritó Tony Brooke a su espalda.

Girándose y regalándole una sonrisa al enfermero ambos siguieron el camino hacia el hospital.

- Es un frío extraño el de aquí. – Comentó el chico.

- Sí, supongo que es porque el desierto sólo está a unos kilómetros de distancia.

Lauren intentó recordar la última vez que había pasado algún tiempo con alguna de sus amistades. Luego de todo lo ocurrido con el bebé, su matrimonio y su adicción la ojiverde se había visto totalmente sola enfrentando los meses de la rehabilitación y su vuelta a la realidad.

La única persona que se le venía a la mente era Normani Kordei, una residente de anestesia de primer año que se había vuelto en su asistente los meses antes de que todo el caos de su vida comenzara. Aquella chica de piel morena le había visitado durante los meses de la rehabilitación y le había conseguido un par de documentos de actualización en anestesia y reanimación para leer durante su aislamiento.

- ¿Qué tal si luego del trabajo nos vamos a por unas cervezas? – Dijo Tony.

- Lo siento campeón, pero no bebo alcohol.

Strangers in the night. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora