"Look What You Made Me Do" -Taylor Swift.

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Cuando llegaron al piso, Camila todavía no había hablado. Lauren llegó a la casa gracias a las indicaciones de Cameron, que estaba feliz con la idea de tener invitados con los que jugar.

Camila entró en la cocina y empezó a abrir cajones.

−¿Qué haces? –preguntó Lauren.

−cocinar para los niños. −Ella continuaba con el mismo tono cortante y ronco.

−Vete a la cama; ya la haré yo.

−No.

−Camilaaaa... −dijo Lauren dirigiéndose a ella, como si fuera otra niña además de todos los que ya había en aquella casa.

−No. −La negación ya salía de su boca de manera automática.

−La prepararemos entre los niños y yo.

−No.

Lauren, viendo que Camila no iba a dejar de utilizar el monosílabo, cambió de estrategia.

−Chicos, ¿a que nosotros podemos cocinar?

Los niños empezaron a saltar con los brazos levantados.

−Sííííí.

−Y, ¿a que mamá tiene que irse a la cama porque está malita?

−Sííííí. −Mira por dónde, los niños utilizaban otro monosílabo.

−¿Lo ves Camila?, nosotros lo haremos.

−No.

Lauren se quitó la americana, dejándola sobre una silla y se giró hacia Camila.

−¡Se acabó! −Y sin previo aviso, la cogió y se la cargó como un saco al hombro. Para camila era increíble que aun siendo mujer tuviera tanta fuerza, pues la había alzado como si ella no pesara.

Los niños estaban encantados y seguían gritando.

−¡Sííííí!

Luna le guiaba por la casa. Llegó a la habitación y la dejó con cuidado en el suelo. Cuando la miró a la cara estaba perdiendo el color.

−No, no, no. −Ahora era ella, la que utilizaba la palabra favorita de Camila−. No te desmayes, por favor. −Y cogiéndola con cuidado la tumbó en la cama, puso unos cojines bajo los pies.

−Estoy bien, solo me he mareado. Teniendo en cuenta cómo me has cogido, era lo mínimo que me podía pasar.

Lauren de repente notó que Cameron estaba junto a ella, con una coca cola en la mano y miraba la cara de su madre. Lauren se quedó impactada al ver la cara del niño llena de miedo y preocupación. Lo cogió y poniéndose a su altura le dijo:

−¡Eh! Campeón. Lo has hecho genial, pero mamá está bien. ¿Vale?

El niño asintió con la cabeza.

−Y ahora, ¡vamos todos a la cocina a preparar la merienda!

Y todos salieron corriendo por la puerta.

−Si cuando me levante, mi cocina está llena de kétchup te mataré.

−Veo que estás mejor −dijo desde la puerta mientras sonreía−. Y por cierto, es la segunda vez que te llevo a la cama en brazos. No te acostumbres.

−Se giró y desapareció por la puerta.

Camila se quedó en la cama boquiabierta, pero a los dos minutos ya dormía.

Cuando acabaron de comer, las niñas corrieron al cuarto de Luna para jugar con sus muñecas y los niños tras hacer unos trabajos que traían del colegio, salieron en dirección al salón para tomar posesión del Wii del que no se separarían en un buen rato. Después llamó a su hermana Taylor y le contó lo que había pasado, para que fuera a recoger a los niños a casa de Camila. A continuación llamó a Lucy para que le diera el teléfono de Sofí. Cuando la localizó, lo primero que hizo fue tranquilizarla y después le contó todo lo ocurrido.

Pasión e Ilusión ¡CAMREN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora