Dos semanas después, Lauren conducía mientras Camila miraba por la ventana con la mano puesta sobre la pierna de la más alta. Estaban en silencio escuchando la radio y no parecía hacerles falta nada más. Ella estaba relajada disfrutando del paisaje y Lauren, mirándola.
En una hora, sus dos maletas estaban sin deshacer en el saloncito de la suite del hotel de cuatro estrellas que Lauren había reservado, y ellas ya habían tomado posesión de la cama. Llevaban mucho tiempo deseando tener aquel momento y las dos ponían todo el deseo en sus caricias y en sus besos. Abrazados bajo las sábanas, pasaron largo tiempo hablando tranquilamente, acariciándose sin prisas y disfrutando de aquel espacio de intimidad.
Lauren alargó su brazo y del mueblecito lateral cogió un tríptico informativo sobre los servicios de spa.
−¿Te apetece que vayamos al spa? –dijo, leyendo los tratamientos que se ofrecían.
−¡Umm! Interesante. −Y empezó a pensar en lo que le gustaría de toda aquella lista.
De repente se incorporó y la miró a los ojos con cara de sorpresa.
−¿Es preocupante que estemos encantadas con que nos vayan a tocar otros? Lauren riendo soltó la hoja y se colocó sobre ella.
−Ahora voy a dejarte claro quién te toca a ti.
La pasión volvió a desatarse en aquella habitación, en la que aquellas amantes se abandonarían a sus deseos en repetidas ocasiones.
Al final decidieron ir al spa y de esta manera descansar antes de caer desfallecidas sobre la cama. Lauren eligió un masaje tailandés y ella, uno relajante con aceites esenciales.
Habían reservado mesa en el restaurante del hotel, que salía en todas las listas de los mejores sitios de la isla. Camila se había puesto un vestido azul marino ceñido, con manga tres cuartas y los hombros descubiertos. Cuando Lauren la vio, le recordó a Sofía; estaba claro que sabían llamar la atención desde una elegancia exquisita. Lauren llevaba una impecable blusa blanca y un pantalón negro rasgado perfectamente ceñido al cuerpo que hizo que ella la repasara con mirada hambrienta. Cogidas de la mano llegaron a la mesa y se sentaron una junto a la otra.
Rozaban sus manos sobre el mantel blanco y se deleitaban mirándose fijamente. Lauren cogía su mano y la besaba suavemente. Mientras cenaban, el ambiente fue divertido.
Lauren radiaba felicidad y le contaba todo tipo de cosas; de su infancia, de su convivencia con Lucy en Madrid con la que compartía piso, de su relación con Taylor, etc. Tenía ganas de hacerla partícipe de todo lo que había sido importante en su vida. Ella estaba atenta a lo que le decía, pero en su interior estaba escuchando a su corazón que solo hacía que lanzarle mensajes. Tras el postre, pidieron unos cafés, ambas sabían que la noche sería larga y un poco de cafeína les vendría bien.
−Te voy a contar una cosa que te divertirá mucho. −Y bajó la mirada un poco avergonzada−. ¿Te acuerdas del primer día que viniste a mi casa?
−No sé de qué me hablas. –Se hizo la despistada, pero sin ocultar una sonrisa en su boca.
−Pues al día siguiente fui a tu oficina para sorprenderte e ir contigo a tomar un café.
−Camila cambió su cara a sorprendida−. Mientras nos mandábamos mensajes, yo estaba al otro lado de la calle esperando que bajases. Cuando te vi e iba a acercarme, apareció David, te cogió por la cintura y al cabo de unos metros, te levantó por los aires. Fue horroroso.
Camila se tapaba la boca con las manos y los ojos muy abiertos.
−Durante más de un mes no supe quién era. Incluso un día cuando hablaba contigo, oí por el teléfono que alguien te llamaba cariño. −Cerraba los ojos bajando la cabeza negando−. Cuando lo vi en nochevieja y me contaste que era tu primo...
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Pasión e Ilusión ¡CAMREN!
FanfictionCamila Cabello ha conseguido llevar por fin una vida llena de orden y control. Después de la muerte de su marido y junto a sus dos hijos, en su vida no hay cabida para las sorpresas hasta que, la noche de su cumpleaños, un encuentro casual la llevar...