Capitulo 4 ¡Misión Cumplida!

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Taylor estaba feliz desde la llegada a Miami de su hermana Lauren. Su padre falleció en un accidente, cuando ellas eran pequeñas, y su madre hacía ocho años que les dejó debido al cáncer. Ahora que estaban viviendo en la misma ciudad, Taylor aprovechaba cualquier ocasión para organizar una comida, cena o lo que se le pudiera pasar por la cabeza, con tal de tener la sensación de que con ella allí, su familia estaba completa. El estar las dos juntas, hacía que de alguna forma sus padres también fueran parte de esta nueva vida sin ellos.

Además, teniendo a Lauren cerca, tenía canguro gratis, cosa que había anhelado en los últimos años.

Aquel domingo, Taylor y su marido Marcus se iban a pasar el día a un spa, regalo que les había hecho Lauren por su aniversario de bodas y ella le pidió si se podía hacer cargo de los niños. Rachel y Thomas tenían un cumpleaños en un parque infantil que había en el centro comercial Bayside Marketplace. Ella los dejaría a las once antes de irse hacia el spa y Lauren los recogería a la una y media para llevarlos a tomar una hamburguesa y pasar la tarde juntos. Cuando los niños lo supieron, enloquecieron al saber que su tía guay iba a pasar todo el día con ellos. Era casi la una, cuando Lauren aparcó el coche mientras llovía a mares, así que salió del coche y corrió para resguardarse. Le hizo falta preguntar tres veces antes de situarse y encontrar el parque infantil donde se celebraba el cumpleaños. Se alegró de haber venido media hora antes para no llegar tarde. Le hubiera horrorizado que la primera vez que iba a ejercer de tía en solitario, los niños se quedaran esperándole.

Entró en lo que ella pensaba que sería un jardín de ninfas y enanos lleno de juegos, con niños inocentes jugando en alfombras de colores, cuando de repente, se quedó parada en la puerta. Luces de colores se encendían y apagaban mientras Enrique Iglesias cantaba "Bailando". Pero ¿qué había pasado en los cumpleaños infantiles estos últimos 20 años? Tras adaptar sus oídos a la música se quitó la cazadora y cogiéndola bajo el brazo se acercó a la zona lateral, que estaba decorada como una discoteca, en la que había incluso una bola de espejos y donde todos los niños estaban bailando, saltando y cantando.

Mientras se pasaba la mano por el pelo mojado, vio a Rachel y a Thomas entre todas aquellas promesas de la noche en Miami los cuales bailaban en la pequeña pista.

Rachel estaba con otras niñas e improvisaban una especie de coreografía para bailar todas iguales. En cambio Thomas corría sin ningún ritmo con otros niños de su misma edad. Mientras los miraba, se fijó en algunas madres que se habían apuntado al baile y viendo a algunas de ellas pensó que sería un lugar a tener en cuenta a la hora de ligar, lo que le hizo reír sola. De repente, se dio cuenta que alguien le era familiar, pero estaba de espaldas y las luces de colores no dejaban que la viera con claridad. Llevaba una camiseta blanca de tirantes anchos, unos vaqueros azul marino que le sentaban de maravilla y botas de ante.

¡Madre mía con la mamá, cómo baila! Pensó mientras se percataba de que un papá que estaba al otro lado también la miraba. Sonrió y cuando ella se giró, su gesto cambió para dar paso a la cara de sorpresa que tendría durante el siguiente minuto y medio.

Hacía ya dos semanas desde la noche que conoció a Camila, y en más de una ocasión se sorprendió pensando en ella. Recordaba sus caras de angustia cuando le cantaban, sus comentarios sobre lo que dirían sus madres y sobre todo su olor a algo que no identificaba y que llenaba su nariz cada vez que se acercaba para hablarle.

Allí estaba, rodeada de niños que por cierto en más de una ocasión seguían sus pasos de baile. Se retiró para observarla con detenimiento sin ser vista. Estaba diferente, se la veía en su salsa, en su ambiente. Relajada, se movía alegre y en algún momento hasta infantil, lo que hacía que sus pequeños seguidores se rieran. Llevaba el pelo recogido en una cola alta y eso dejaba su cuello y sus hombros despejados, provocando que Lauren se pusiera en guardia como buena cazadora que era.

Pasión e Ilusión ¡CAMREN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora