Pasión e Ilusión ¡CAMREN!

"Human" Christina Perri

El domingo, Camila y Sofía fueron con los niños a comer a casa de sus padres.

Sofía no había sido capaz de sacarle nada. Cada vez que le preguntaba se ponía a reír como un tonta.

−Pero ¿será posible? ¿Quieres que le llame? −Mientras cogía el teléfono móvil.

−¡Noooo! −Y Camila volvía a reír.

−¡No me lo puedo creer! Pero...

−¡Noooo! −Otra vez las risas.

Su madre que entraba en la cocina, las vio que reían:

−¿Qué pasa, chicas?

−Nada mamá, Camila me explicaba la formación de agujeros negros en el espacio, solo existe la nada. Que por lo visto, es donde ha habitado ella últimamente, ¡en medio de la nada! –dijo, mientras le pellizcaba el culo a su hermana.

−¡Ay! −Y vuelta a la risa floja.

−¿No hace mucho calor aquí, nenas? −comentó Sinu.

−Será Camila −dijo poniéndose tras la isla que había en el centro de la cocina.

−O a lo mejor tanto comer sushi, hace que tú desprendas calor –dijo Camila al otro lado de la isla. Intentando llegar a ella para hacerla callar.

−Mamá, ¿te has hecho las mechas últimamente? −decía mientras miraba a su hermana

fijamente−. Es que ahora se llevan mucho los mechones de otro color. −Camila con la boca abierta y con los ojos como platos empezó a perseguirla por la cocina.

−Niñas, ¿se puede saber qué pasa? −preguntó su madre sorprendida mientras corrían una tras la otra.

Camila ya había alcanzado a su hermana y acabaron en el suelo, muertas de risa.

Más tarde, las dos estaban tumbadas sobre la antigua cama de Sofia. Llevaban un rato en silencio escuchando a Christina Perri en su antiguo aparato de música, cuando Camila dio un profundo suspiro antes de empezar a hablar.

−No había vuelto a besar a nadie desde...

Sofía atrapó la mano de su hermana que en aquel momento se tapó los ojos con su antebrazo.

−La verdad es que no esperaba que esto me pasara ahora, es más, no contemplaba la posibilidad de que volviera a pasar.

−¿Tú cómo te encuentras? –preguntó Sofía, en cierto modo preocupada por la manera en que podrían afectar todos estos acontecimientos a su hermana.

−Sorprendentemente bien.

Hizo una pausa mientras no dejaba de ver la imagen de Shawn, su marido.

−Aun así, no te negaré que le echo muchísimo de menos y el hecho de que quepa la posibilidad de que la situación cambie, no conseguirá que deje de quererle en toda mi vida.

Ninguna de las dos se miraba, entre otras cosas porque en los ojos de ambas ya se podía ver la emoción que sentían ante esos sentimientos.

−Shawn me hizo muy feliz y a pesar de que puede ser que acabe pasando página, eso no quiere decir que vaya a arrancarla del libro de mi vida. Él siempre estará ahí y nunca dejaré de agradecerle lo que me dio.

−Estoy segura de que él se alegraría oyéndote decir esto, tanto como lo estoy haciendo yo. Te quería mucho y siempre intentó hacerte feliz.

Camila apretaba los párpados para impedir que sus lágrimas se hicieran visibles.