Lauren la abrazaba por la espalda cuando entraron en su casa.
−¿Quieres tomar algo?
−¿Tienes té? Me apetece algo caliente. Tengo un poco de frío.
− ¿Algo caliente? –susurró Lauren mientras le lanzaba una pícara mirada.
Camila se sonrojó de pies a cabeza quedándose parada en medio del salón. A Lauren le encantó ver que sus palabras producían esta reacción y continuó caminando lentamente hacia ella, hasta quedarse casi pegada a su cuerpo frente a frente.
− Así que un té. Veo que mantienes las costumbres británicas.
Ella sonrió y sin que lo esperara, Lauren la cogió y la subió sobre el mármol de la encimera de la cocina.
−Me gusta cómo quedas aquí. −Y le dio un beso rápido.
−¡Oh! De velocista a mujer florero. Un extraño cambio.
Lauren reía mientras sacaba las tazas y empezaba a preparar el té para ella. Mientras el agua hervía, cogió el bote de cola cao y empezó a ponerse unas cucharadas en su taza.
Camila la seguía con la mirada mientras cogía el brick de leche de la nevera. Cuando metió la taza en el microondas y se giró, vio que ella la miraba sonriendo.
−¿En qué piensas?
−Que ahora me acordaré de ti cuando les prepare el desayuno a mis hijos.
El cansancio impidió que pudiera elaborar una mentira y dijo lo que realmente pensaba. Lauren se acercó a ella y la besó en el cuello.
−Y yo, ¿qué hago con la cocina... el sofá... la cama...? −Dándole un beso cada vez que enumeraba un lugar.
−El pasillo, recuerda el pasillo. Es mi favorito. −Ahora fue Camila la que la besaba. El microondas sonaba y ellas ni lo oían.
Cuando recuperaron su capacidad auditiva, cogieron las tazas y fueron al sofá. Mientras hablaban, Camila se frotaba los ojos y cuando Lauren vio que había acabado su té, le quitó la taza y la cogió en brazos. En ese momento ella hizo un gesto de dolor.
−¿Qué pasa?
Y ella se puso a reír. Cuando llegaron a la habitación se quitó los pantalones y le mostró el gran moretón que tenía en la cadera. Lauren abrió los ojos boquiabierta.
−Sofía les ha hecho creer a los niños que me caí al suelo en mi casa y que por eso no tienen que venir a mi cama todas las noches.
−Poooobre. ¿Te duele?
−Solo si me tocan fuerte.
−¿Y quién lo hace? −dijo mientras se acercaba a ella que ya no llevaba pantalones.
Cuando estuvo muy cerca, vio que tenía cara de cansancio, así que cogió una camisa de dormir de uno de los cajones del mueble lateral, empezó a quitarle la chaqueta despacio, después la camisa y acariciándola con mucha suavidad le quitó el sujetador.
Le puso la camisa y abrazándola le susurró al oído:
−Señorita, a dormir. Camila estaba acostumbrada a vestir, arropar, mimar y cuidar a sus hijos y aquel gesto la había enternecido tanto, que se emocionó. Y Lauren vio algo raro en su mirada.
−¿Estás bien?.
Camila no habló y poniéndose de puntillas se acercó para darle un beso muy suave. Y luego apoyó la cabeza en su pecho.
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Pasión e Ilusión ¡CAMREN!
FanfictionCamila Cabello ha conseguido llevar por fin una vida llena de orden y control. Después de la muerte de su marido y junto a sus dos hijos, en su vida no hay cabida para las sorpresas hasta que, la noche de su cumpleaños, un encuentro casual la llevar...