La multitud de estudiantes observa la inmensa imagen proyectada en la pared donde antes se encontraba el mural del Pipicasso. Es de noche. La película que se proyecta llega al final, comienzan a salir los créditos. La multitud se distensiona, muchos que estaban sentados y acostados sobre el asfalto se paran. Así lo recuerdo. Nosotros también dejamos nuestro rol de espectadores y nos acercamos a los equipos para preparar la siguiente proyección, entre las actividades Tarot despliega la pantalla portátil justo al frente del video proyector, interrumpe la luz que llegaba hasta la pared y ahora queda una pequeña imagen del tamaño de un televisor sobre dicha pantalla. Se acerca el representante estudiantil y el estudiante que antes había hablado con nosotros.
—Hola, qué buena película, le presento al representante de los estudiantes. —me habló el estudiante aquel.
—Nosotros somos los del cineclub "Filmspotting" y ellas son del cineclub "Las vísceras de Jack" —dije mirando a mis compañeros.
—¡Qué bien, a ustedes ya los conocía... bueno ya sabía de su labor... pero a ellas no las había visto! —precisó el representante estudiantil.
—Es que somos primíparas... pero sólo de universidad porque de cine ya llevamos un buen rato —intervino Clarissa interrumpiendo una labor que hacía reacomodando un cable eléctrico.
—¡En serio... eso está muy bien... eso es lo que necesitamos... más cineastas! —dijo el representante sin lograr ocultar un tono de hipocresía.
—¡Cineclubistas! —le aclaró Karenino sin intentar ocultar su tono de molestia.
—¿Qué dijo? —preguntó el Representante con tono dubitativo.
—¡Eso mismo... que claro que estamos para ayudar! —intervine para encausar la conversación.
—Perfecto... venimos a que nos permitan pegar el micrófono a su amplificación, para informarles a los estudiantes el pliego de peticiones que se consolidó —al fin aclaró el representante.
—Claro... no hay problema... puede hacerlo en este momento mientras preparamos la siguiente película —contesté no muy convencido y mirando de soslayo a mis compañeros.
El estudiante que acompañaba al representante me pasó un papel.
—Queríamos pasarles estos títulos... ya saben para que los incluyan en su programación —me dijo dándome un golpe de camaradería en el hombro pero dirige su mirada a todos— ¡Ya saben... nuestra misión es mantener aquí a todo el estudiantado!
Ambos se marcharon, dejando un ambiente silencioso, donde la comunicación apenas fluía en nuestras miradas. Mientras abría el papel y comienzaba a leer todos se acercaron intrigados, menos Karenino.
—¡Déjenme adivinar... piden que proyectemos "La noche de los lápices"! —dijo Karenino con dramatizada ironía.
—¡Sí... y déjame decirte que es la más innovadora de las que proponen! —le aclaré.
El estridente pitido de un bafle por la conección de un micrófono, le avisó a todos los asistentes el cambio de clima: el cine le daba paso a la oralidad. El representante comenzó a gritar.
—¡Estudiantes... el punto más importante de nuestro pliego de peticiones... es el que obliga a las directivas a que tienen que traer al autor del mural a este campus... tienen que financiar la restitución del Che... y como ya saben... será el famoso Pipicasso el único autorizado para que pinte de nuevo el mural con su pene revolucionario... para devolverle el alma a ese muro... a esta plaza que hoy grita por sus derechos... o el Pipicasso lo hace... o... les tocará a los penes de las directivas corregir su error!
Nosotros nos miramos con incredulidad cinematográfica.
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LOS CINECLUBISTAS
AdventureEn una universidad pública, al inicio del semestre académico, se hace la bienvenida a los estudiantes que ingresan por primera vez. Entre los voluntarios para presentar los servicios universitarios a los primíparos, están los encargados del cineclub...