Veo a Drugo y su banda preparando sus instrumentos y equipos de amplificación. Llego yo (disfrazado de Troyano), Karenino (con su torso pintado), Laura, Virginia y Clarissa.
—¡Muchachos llegó nuestro público! —dijo fuerte Drugo.
Los amigos músicos de la banda nos saludan con extraña familiaridad.
—¡Bueno Drugo... a lo que vinimos... a escuchar calidad! —dijo Clarissa con extraña autoridad.
—¡Un momento... un momento... que esto no es simplemente quitarse la camisa y ponerse unos calzoncillos rojos... o pintarse el pecho! —protestó Drugo, con extraño nerviosismo, y mirándome a mí.
—Cuidadito con lo que dice... que necesito cuerpos para practicar con la lanza —contesté con extraña rapidez.
—Pues debería probar a quitarse esa camisita... haber si detiene aunque sea por un rato su desamparo textil —le dijo Karenino a Drugo, obviamente sin nada de extraño en su actuar.
—¡Está bien!... por cierto Karenino... le quedó excelente ese Woddy Allen —señaló Drugo.
—¡Cierto... y así quedaron todos... Karenino los delineó y nosotras los pintámos! —informó Virginia.
—¿Todos, cómo así, cuantos hicieron? —preguntó Drugo.
—Al final aparecieron como veinte voluntarias y voluntarios... y a todos les hicimos su Woody Allen —aclaró Laura.
—¡Qué... sólo Woody Allen... oiga Karenino... y es que eso del Body Art es así de limitado o es que el limitado es usted! —disparó de repente Drugo, haciendo que sus amigos de la banda se rieran con él.
—¡Ja... ya quisiera usted que fuera limitado para poder entender lo que es el Body Art... pero no... y además yo no hice Body Art... yo creé algo nuevo!
—¡¿Y qué creo para que se justifique esa repetidera... sorpréndame?!
—¡Pues creé el Woody Art!
Todos nos reímos, incluidos los músicos, pero Drugo se quedó sosteniendo un gesto de parsimoniosa indiferencia.
—Ok... se la paso... por cierto... ¿dónde está Tarot? —preguntó Drugo.
En ese momento se abrió la puerta de la sala de proyección, y comenzó a bajar Tarot disfrazado de Troyano. Drugo se rió fuerte mientras el resto hicimos esfuerzo para apenas sonreir.
—¡Vaya... pero si también hay Troyanos de la versión cómica! —dijo Drugo entre risas.
Mientras Tarot terminó de bajar, Drugo, conversando con sus músicos, sin parar de reír, hizo referencias a la película "Una loca película de Esparta".
—Tarot no les escuches —lo defendió Clarissa.
—Es cierto Tarot... te ves espectacular —apoyó Virginia.
—Bueno bueno... tomen asiento que vamos a tocar ya.
Nos sentamos en la primera fila del auditorio. Los músicos hacieron algunos ajustes, hasta que iniciaron su presentación de prueba. No alcanzaron los veinte segundos cuando ellos mismos detuvieron la presentación. Drugo, molesto, marcó nuevamente el inicio, y arrancaron con su versión de la canción The Pretender, pero una vez más fracasaron en su presentación. Drugo desilusionado se bajó de la tarima y, caminó hasta donde nos encontrábamos sentados.
—¿Qué piensas de lo que vistes mi querido Karenino? —preguntó Tarot con seguridad, saboreando su venganza.
—¡No... hay... banda... no... hay... banda... no...! —contestó Karenino con satisfacción e impostando la voz.
Todos nos reímos menos Drugo y Clarissa.
—¡Creo que me la perdí no entendí! —dijo Clarissa.
—¡Muy fino... tienes que ver a Lynch para entender! —precisó Laura.
Karenino, visiblemente a gusto, continuó con su "no... hay... banda" parodiando así una secuencia de Mulholland Drive de David Lynch. Se puso entonces su pasamontañas de lentejuelas y amenazó a Drugo con un frasco llamativo de atomizador externo, lleno con su perfume.
—Tú arma sería más efectiva si lo que lanzara fuera ácido —precisó Tarot.
—¡Jamás... se imaginan el sangrero... sería una verdadera emergencia estética!
—Claro... cómo el señor cree que la revolución se hace con estilo —intervino Drugo con ganas de desquitarse.
—¡Para nada... se hace con sensualidad... toda revolución social debe terminar en revolución sexual... marqués de Sade!
—¡Amén! —sentenció Clarissa lo dicho por Karenino.
—Ahora que lo dices... la verdad es que mis soldados no son precisamente los más sensuales del mundo... de hecho ni siquiera la mitad del escuadrón se ha visto la película... y sus barrigas... servirían más para copiar la sensualidad de Sreck —dije animado por la discusión, pero pensando más en disculpar por anticipado la presencia física de mis guerreros impresentables.
En ese momento recuerdo claramente que se escuchó fuerte la frase: "No todos". Cuando miramos hacia arriba, vimos bajando al novio de Virginia quien tenía puesto su disfraz de guerrero Troyano y exhibía sus definidos abdominales.
—¡Huy... ese si es un verdadero Troyano! —se le salió a Clarissa.
—¡Qué... si ese debería ser Leonidas! —dijo Drugo con burla, mirándome a mí y a Tarot.
A mi sólo se me ocurrió tomar aire para esconder mi naciente barriga. El novio de Virginia llegó hasta nosotros y le dio un apasionado beso a Virginia.
—Elde ya puedes respirar —obviamente fue Karenino quien me descubrió.
—Los estudiantes están en la cafetería central. Ya va a iniciar la asamblea —avisó el novio de Virginia.
—¿Asamblea, y quien la convocó? —preguntó ella.
—Los encapuchados.
Entonces comenzamos a salir, sólo Drugo se retrasó para desconectar los equipos y guardarlos junto con sus amigos de la banda. Tarot también se quedó, esperando a Drugo a medio camino de la salida.
—¡Tranquilo Tarot... tranquilo... él podrá tener buenos abdominales pero tú... tu tienes buenas pecas! —le dijo Drugo mientras lo abrazaba— ¡Y no hay nada que enamore más a una mujer que las pecas!
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LOS CINECLUBISTAS
ПриключенияEn una universidad pública, al inicio del semestre académico, se hace la bienvenida a los estudiantes que ingresan por primera vez. Entre los voluntarios para presentar los servicios universitarios a los primíparos, están los encargados del cineclub...