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Todo estaba volviendo a la normalidad, o eso es lo que había notado Minho en los últimos dos meses que ya había compartido con Taemin y su pequeño hijo.

Aunque aún no tenía en claro lo que Taemin pensaba o sentía; pues él aún no quería hablar sobre "lo que tenían". A pesar de esto, Minho ya sabía lo que quería «tener de nuevo a Taemin, sin miedos, sin problemas que resolver... y sobre todo sin nada que nos separe»

Suspiro lentamente, mientras miraba la mesa que acababa de adornar con rosas rojas– no podían faltar en la escena romántica que quería crear –. No sólo la mesa era la que daba un ambiente de romanticismo, si no todo el departamento: lleno de velas y rosas.

—¡Esta es una locura! —se dijo a sí mismo, mientras se burlaba internamente de lo que estaba haciendo «¡Él es tu debilidad Minho, tu única gran debilidad»

Se puso muy nervioso al escuchar el timbre de la puerta, pues sabía que era él... su amado Taemin.

—Hola —lo recibió con una cálida sonrisa.

—Hola, Minho.

—Pasa —abrió la puerta y se hizo aún lado para permitirle el paso a Taemin.

Paso a paso, se fue adentrando cada vez más al departamento, mientras miraba sorprendido lo hermoso que se veía, grabando cada uno de los detalles que hacían ese momento y ese lugar.

—¡Sorpresa! —susurro Minho en el oído del menor, mientras lo abrazaba por detrás —¿Te gusta? —Taemin asintió ligeramente sin decir nada.

Tras largos minutos de silencio por parte de ambos, Taemin decidió hablar —Tengo que decirte algo —su voz se escuchaba seca y algo triste, Minho decidió ignorarlo y se contuvo de preguntarle que le sucedía.

—¡Claro dime! —habló lo más alegre y seguro que pudo, no quería que Taemin notará el miedo que repentinamente lo invadió.

—¿Recuerdas la pregunta que me hiciste hace dos semanas?

—Sí, lo recuerdo, te pregunté qué ¿Qué es lo que deseas para el futuro? —contestó Minho, recordando que Taemin no había podido contestar– o más bien, no había querido hacerlo–.

—Pues ya tengo la respuesta...

—¿Cuál es? —preguntó el mayor, ansioso y deseoso de escuchar la respuesta de Taemin.

Minho recargo su cabeza en el hombro de Taemin, con la intención de hacerlo sentir más seguro.

—Yo quiero... quiero que TaeSeung crezca bien y sea un buen chico, quiero que no odie a su madre y que me quiera mucho...

—Esos son muy buenos y lindos deseos —interrumpió Minho.

—No interrumpas, es importante —no siguió hablando hasta que vio a Minho asentir. —Quiero conseguir un mejor puesto de trabajo o poner mi propia empresa, quiero que mi hijo esté muy orgulloso de mi —Minho sonrió, notando lo mucho que Taemin amaba a su hijo —quiero formar mi propia familia... —y allí estaba lo que Minho estaba esperando escuchar, sus planes más personales —quiero casarme con alguien que me ame por el resto de nuestras vidas, con alguien que no se canse de mi o de mi hijo y creo que ya encontré a esa persona —Minho se aferró más al menor al escucharle decir eso, tenía miedo, demasiado miedo a decir verdad. Aunque confiaba en todo lo que habían vivido los últimos días, además a Taemin se le habían escapado algunos "Te quiero y Te amo" mientras hacían el amor —lamentablemente tú no eres esa persona —Minho tardo varios minutos en reaccionar, cuando por fin lo hizo, soltó bruscamente a Taemin alejándolo de sí mismo.

—No bromees conmigo.

—Esto no es un juego o una broma, es la verdad, yo no puedo compartir mi vida con alguien en quien no puedo confiar —Taemin hablaba lentamente y sin exaltarse, no quería hacer que Minho se alterase.

—Se me olvidaba que yo soy el malo de esta historia —aunque el mayor lo dijo más para sí mismo, Taemin no pudo evitar escucharlo y sentirse mal —¿Entonces quién es tu hombre perfecto e ideal?

Taemin inhaló y exhaló lentamente, mientras se preparaba para decir la peor parte de todo el asunto, algo que seguramente haría a Minho explotar —creo que es JongIn, con quién me casaré dentro de ocho meses.

Minho apretó los puños, para tratar evitar estampar sus puños contra la pared más cercana no quería hacerse más daño del que estaban haciendo sus uñas contra su piel –al menos no delante de Taemin –.

—Era algo que debí de esperarme, yo nunca he podido ser lo suficiente para ti —Taemin se molestó, pero no dijo nada —aunque sinceramente, no entiendo por qué yo soy el único malo de todo esto, porqué yo soy quien no te merece, sé que no soy perfecto, pero siempre he tratado de hacer lo posible para que tú seas feliz. Hace cinco años, yo me esforcé para que tú estuvieses bien, conseguí un empleo de mierda, para que tú pudieras seguir estudiando y que cuidaras de TaeSeung... e incluso puse a tu nombre el departamento en el que vivimos y aún sigue así, no lo he tocado porque es tuyo. De verdad no entiendo que hice mal —para cuando termino de hablar, sus lágrimas ya estaban bajando por sus mejillas —espero que seas muy feliz y que él jamás te decepcione.

Nada había salido como Taemin esperaba, él creyó que Minho le pediría perdón y se arrodillaría para no perderlo, bien dicen que siempre habrá quien te quiera, pero no siempre quien te ruegue.
Si Taemin había aceptado tener una relación clandestina con Minho, era principalmente con la intención de hacerle pasar por lo mismo que él había pasado, pero ahora que lo estaba haciendo, se sentía como la peor persona del mundo, le dolía estar lastimando a Minho de esa forma. Aunque no pensaba retractarse con lo de la boda, ante los ojos de Taemin: JongIn no merecía tal bajeza.

—¡Vete Taemin, déjame solo! —el menor vacilo un poco, pero al final decidió que lo mejor era marcharse.

Una vez que la puerta estuvo cerrada y Taemin lejos de su vista, Minho explotó, comenzó a tirar las rosas que había colocado, cuando llego a la mesa tomo el vino que había comprado especialmente para Taemin y bebió casi la mitad del contenido.

Por un momento lo invadieron las ganas de golpear la mesa –que tenía detalles hechos con vidrio–, pero se detuvo al recordar la última vez que hizo algo así y con ello recordó a la única persona en quien se podía apoyar en un momento así.

Salió corriendo de su departamento, sin molestarse en tomar sus llaves y subió corriendo por las escaleras hasta el piso siguiente. Una vez frente al departamento de HyeMin, toco varias veces, cuando por fin ella abrió, Minho se lanzó a sus brazos y comenzó a llorar en su hombro. HyeMin no pregunto nada, sólo lo abrazo.

Después de haberle contado todo lo que sucedió con Taemin, Minho se quedó dormido sobre uno de los sillones. HyeMin lo cubrió con una manta y después se fue a encerrar a su habitación, tomo su celular y realizó una llamada a un número que no solía marcar muy a menudo.

«Es ahora o nunca» pensó mientras esperaba que contestan su llamada —Hola, soy HyeMin, quiero que mañana mismo hagas lo que quedamos y si no lo haces ya sabes lo que te espera —y sin más colgó, no espero a escuchar la respuesta de la otra persona, sabía que su orden sería acatada.

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Pobre Ming, lo siento Minho por hacerte sufrir tanto :'v

Don't Let Me Go ||2Min|| (2da Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora